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Economía
Supermercados

Lo anuncian oficialmente: esta histórica cadena de supermercados se va de España para siempre

En España tenemos grandes cadenas de supermercados, repartidas por todo el territorio nacional pero a la vez, otras más pequeñas también forman parte del mapa de la distribución alimentaria nacional. Sin embargo, es más que evidente, que debido al auge de las marcas blancas de las grandes cadenas, aquellas más tradicionales y pequeñas ven peligrar su lugar en el mercado. De hecho, os tenemos que hablar ahora de cómo el sector se despide de una de esas enseñas que durante años formó parte del día a día de miles de familias, sobre todo en el norte del país.

La cadena de supermercados El Arco, con una larga trayectoria en Asturias, ha anunciado de forma oficial el cierre definitivo de sus últimas 30 tiendas. La noticia, aunque no del todo inesperada tras años de dificultades, ha sido recibida con tristeza y preocupación tanto por los trabajadores como por los clientes habituales que ahora deberán reorganizar su compra diaria. Los supermercados ya han dejado de recibir mercancía y solo seguirán abiertos hasta agotar el género restante. El contexto no ha sido favorable. El modelo de éxito que representan grandes cadenas como Mercadona, con su dominio del mercado y una estrategia basada en la cercanía, tiendas eficientes y productos de marca propia, ha dejado poco margen para las cadenas más pequeñas que no han sabido o podido adaptarse a tiempo. El caso de El Arco es el último ejemplo de cómo un cambio estructural puede acabar con décadas de historia comercial.

Adiós a esta cadena de supermercados

La decisión de cerrar definitivamente todos los supermercados El Arco llega después de meses, incluso años, de inestabilidad financiera. En mayo de 2024, la empresa intentó una reestructuración que incluyó el despido de una veintena de empleados con el objetivo de garantizar la viabilidad del negocio. Sin embargo, esos ajustes no fueron suficientes para frenar la caída.

La mayoría de los establecimientos que aún estaban operativos se encontraban en Oviedo, Gijón y las comarcas mineras asturianas. En esos lugares, El Arco tenía una clientela fiel, pero cada vez le costaba más competir en precio y surtido con los grandes del sector. Las dificultades para mantener la rentabilidad se tradujeron en retrasos en los pagos a trabajadores y proveedores, un síntoma claro de que la situación era insostenible.

Sin suministros y sin futuro

La dirección de la empresa ha comunicado que ya no habrá reposiciones de productos: los supermercados seguirán abiertos únicamente hasta agotar el stock disponible. Esto marca el final operativo de una marca que durante décadas formó parte del entramado comercial del norte de España. Con este cierre, más de 100 empleados perderán su puesto de trabajo, sumándose a la larga lista de afectados por los cambios estructurales en el comercio de alimentación.

El proceso de cierre ha sido tajante. La empresa ha roto los vínculos con todos sus proveedores y ha paralizado por completo la recepción de mercancías. Algunos de los trabajadores han denunciado incluso que las últimas nóminas han llegado con retraso, lo que ha generado aún más incertidumbre en las plantillas, que ahora deben afrontar un futuro laboral incierto en una región ya de por sí afectada por el desempleo.

Un intento de salvación que no llegó a tiempo

No fue por falta de intentos. En su estrategia de reestructuración, El Arco vendió en mayo de 2024 un buen número de tiendas y plataformas logísticas al grupo gallego Cuevas, buscando oxígeno económico y un nuevo modelo de negocio. De hecho, se convirtió en proveedor del grupo gallego, lo que parecía abrir una puerta a la estabilidad. También logró una quita del 70% de la deuda con cuatro proveedores clave.

Pero ni estas medidas, ni los cambios internos, ni los acuerdos estratégicos fueron suficientes. La empresa no pudo asumir el resto de las deudas pendientes y, en consecuencia, proveedores como Cuevas y Congelados Basilio dejaron de abastecerles. Las negociaciones para un nuevo contrato de suministro se rompieron sin alcanzar un acuerdo. El resultado: el colapso total de una cadena que ya había perdido su músculo logístico y comercial.

Un nuevo escenario en el sector de la alimentación

El cierre de El Arco refleja un cambio más profundo en el sector de la distribución alimentaria. La consolidación del modelo que ofrecen empresas como Mercadona, basado en una red de tiendas bien ubicadas, con precios competitivos y productos de marca blanca, ha desplazado a otros formatos tradicionales. El cliente de hoy busca inmediatez, precio y confianza, algo que las cadenas más pequeñas no siempre pueden ofrecer.

No es solo El Arco quien sufre este reajuste. Alcampo, otro de los grandes nombres del sector, ha iniciado recientemente un proceso de reducción que incluye el cierre de tiendas adquiridas a DIA y la disminución de superficie en algunos de sus hipermercados. Es un signo claro de que incluso las grandes cadenas están repensando su modelo de negocio para adaptarse a un consumidor más exigente y a un mercado cada vez más competitivo.