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Ni maestros ni repartidores: éstas son las profesiones en las que es más fácil caer en depresión

  • Gemma Meca
  • Licenciada en Historia, máster en Periodismo y Comunicación Digital. Redactora en Ok Diario. Cuento historias, soy amante de los astros, sigo a la luna, los TT de Twitter y las tendencias en moda. Experta en noticias de consumo, lifestyle, recetas y Lotería de Navidad.

Hay profesiones en las que es más fácil caer en depresión, lo dicen los expertos que no sitúan en el ojo del huracán a maestros ni repartidos. Por dinero, no todo vale, elegimos profesión en base de un mercado laboral o de un estatus que no siempre aporta la felicidad que buscamos, sino todo lo contrario. La vocación es un factor a tener en cuenta, hay personas que han nacido para entregarse a los demás y no dudan en hacerlo.

Ser bombero, por ejemplo, significa jugarse la vida para salvar a los demás, algo que no todo el mundo está preparado para hacer. Como todo, es algo para lo que se preparan, pero requiere una serie de cualidades y fortalezas, físicas y mentales. El sueldo y el hecho de que son funcionarios puede ayudarles a decidir, pero, o se sirve para el trabajo o no, con lo cual, son sólo unos pocos, los que acaban convirtiéndose en buenos profesionales y se mantienen en sus puestos. Algo que pasa con otras profesionales para las que hay carrera y varios años de estudio en favor de un sueldo que puede acabar en manos del psicólogo.

Ni repartidores ni maestros

Hay trabajos que son más o menos agradecidos. En el caso de los repartidores se llenan de alegría, los estamos esperando en la ventana y les recibimos con una sonrisa, conscientes de que en sus manos está esa nueva adquisición que llega desde lejos.

Aunque, algunas veces pueden tener problemas para encontrar la calle o llegar tarde con lo cual, el drama está asegurado, es un tipo de profesión que no es de las más depresivas, sino quizás todo lo contrario. En especial, a aquellos que les gusta conducir, puede ser todo un alivio.

De la misma forma que los maestros tienen fama de sufrir depresiones, pero nada más lejos de la realidad. Es una profesión en la que los niños son los protagonistas, nada más bonito que recibir con un abrazo a ese pequeño del que acaban siendo referentes.

Son los puntales de un sistema que recordaremos siempre, ese primer maestro o maestra que nos enseñó a leer o con el que tuvimos más afinidad. Sin duda alguna, se acaban llevando muy buenas vibraciones y disponen de un horario laboral muy cómodo, algo que influye en la incidencia de las depresiones.

Estas son las depresiones en las que es más fácil caer en depresión

Pero hay otras profesiones que pese a tener un buen sueldo, estatus y un trabajo garantizado, nada más acabar de estudiar, tienen una tasa depresión muy elevada. No es casualidad que haya sectores dónde falten profesionales, la realidad es que muchos descubren que no es lo suyo o que no es la vida que desearían nada más ejercer.

En la lista de las profesiones más depresivas están las enfermeras y cuidadoras. Una auxiliar de enfermería o una enfermera tiene trabajo seguro, pero debe hacer frente a situaciones que no son nada agradables. Además de afrontar unos horarios y jornadas de trabajo que pueden extenderse por las noches o los fines de semana, algo que tampoco ayuda a esa felicidad que quizás buscaríamos. Son trabajos que acaban pasando factura psicológicamente y quizás también a nivel físico.

En segundo lugar, como no podía ser de otra manera, está la carrera de medicina. Aunque no todas las especialidades, hay algunas en las que la depresión va en aumento, al mismo ritmo de los turnos o esos días en los que quizás sería mejor no empezar la jornada laboral y quedarse en casa. Esta profesión, pese a los sueldos altos, acaba acumulando una gran variedad de malas experiencias y de decepciones, culpabilidad y rabia que se acumula hasta ser la base de una depresión clínica de manual.

Cierra el ranking en tercera posición nada más y nada menos que los asistentes sociales. El gran olvidado del mundo, al que sólo se recurre cuando se tienen problemas y el que recibe gran parte de las críticas. Por lo que, acaban siendo las personas que acumulan más estrés y malas vibraciones.

Es hora de saber que realmente puede acabar siendo lo que nos acompañe en estos días de elección de carreras. La felicidad debería ser el elemento que busquemos, si no tenemos verdadera vocación y estamos preparados para sacrificarnos por los demás. Alguien debe trabajar los fines de semana, las noches y las fiestas, a cambio de dinero, asegurando esos servicios básicos que todos, en algún momento podemos usar.

Quizás queremos vivir una vida más tranquila, cobrando menos y quedándonos en casa en esos días en los que toca por norma descansar. De una forma o de otra, debemos hacer lo que nos haga evitar estas depresiones que en determinadas profesiones son una realidad.