Economía
OKFORO 'INNOVACIÓN Y BANCA DIGITAL"

«El cibercrimen mueve un billón de euros anuales y la inversión para afrontarlo suma solo 76.000»

Los delitos que se competen utilizando las nuevas tecnologías (el denominado cibercrimen) están aumentando exponencialmente en los últimos años y, con ello, la capacidad de sustraer fondos de Estados, empresas y particulares.

Según Alberto Hernández, director general del Instituto de Ciberseguridad de España (INCIBE), «el negocio del cibercrimen roza el billón de euros anuales» y la inversión destinada a luchar con estos delitos «tan sólo suma 76.000 millones de euros, 1.200 millones en España».

Así lo ha indicado Hernández durante su intervención el OKFORO sobre Innovación y Banca Digital que se ha celebrado este martes en Madrid y que ha sido inaugurado por el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal. El evento ha contado con la colaboración del Banco Sabadell.

Hernández ha explicado que «el ciberespacio es tan real como el mundo físico que conocemos y llega a todos los sitios del mundo en cuestión de milisegundos». Y para acceder a este dominio virtual «se requiere muy poco dinero y además es anónimo», lo cual facilita que sea «asimétrico», es decir, que  «grupos criminales pequeños puedan provocar el mismo daño que gobiernos» de países cuando están en una situación de guerra.

A este respecto, el director general del INCIBE ha indicado que «las amenazas no han cambiado respecto al pasado», aunque la novedad reside en que en la actualidad es posible organizar actividades criminales «desde casa y sin ser localizado» por los métodos tradicionales.

«En el mundo globalizado del siglo XXI cuando se produce un ataque utilizando las nuevas tecnologías hay que ir más allá del análisis técnico para descubrir quienes son los culpables. Hay que ir más allá de localizar una determinada dirección IP e investigar a quién beneficia y quién tiene la motivación para hacer daño. Y esto implica salir de la ciberseguridad y entrar en el campo de los servicios de inteligencia», ha explicado.

Hernández también ha manifestado su preocupación porque la ciudadanía no está comprendiendo bien lo que conlleva la revolución tecnológica, lo que les hace presas fáciles de los delincuentes.

«Todo lo que sea trasladar datos de un lado a otro supone una amenaza y hay que trabajar para el riesgo disminuya. De nada sirve que el banco invierta en ciberseguridad y cumpla todos los estándares cuando lanza un producto o servicio y que luego el cliente se descargue aplicaciones en su móvil que tengan códigos maliciosos que les roben la información (malware). Todos los días se diseñan 16.900 nuevas apps con algún tipo de malware», ha asegurado el directivo del INCIBE.

Hernández ha desglosado algunos de los delitos más comunes a través de Internet, como los «prestamistas falsos online a los que los clientes les pagan comisiones de apertura sin luego recibir el crédito», los «jóvenes a los que les graban videos en las redes sociales para luego hacerles chantaje» o los «clásicos robos de datos a través del correo electrónico que luego se utilizan para realizar ataques particulares» y las «falsas herencias».

En este sentido, ha indicado que los cibercriminales realizan distintos tipos de delitos en función de la edad de sus víctimas y también afectan a las empresas con independencia de su tamaño: «uno de los más comunes está basado en amenazar a la compañía con un ataque de denegación de servicio que sólo puede hacerse pagando una especie de rescate». Es precisamente lo que sucedió recientemente el ciberataque basado en wannacry.

Según los datos del INCIBE, el año pasado se gestionaron en España 223.000  incidentes que afectaron a ciudadanos empresas, una cifra que duplica la contabilizada en 2016 y que supera en 20 veces la de hace cuatro años. «Se realizan unas 60.000 investigaciones anuales en España y terminan con más de 5.000 detenidos», ha apuntado el directivo

Finalmente, Hernández ha hecho referencia al auge de las criptodivisas, alabando el papel del sistema de cadena de bloques (blockchain) en el que se fundamenta y que tiene multitud de aplicaciones más allá de la configuración de monedas digitales como el bitcoin. «La tecnología blockchain es muy robusta y segura, lo que sucede es que el negocio del cibercrimen se apoya en ella», ha concluido.