Economía

Hawkers tendrá plantas de producción propias en 2018

Hawkers está poniendo toda la carne en el asador para desarrollar sus propias plantas de producción y que estén lista en 2018. Un gesto empresarial que les dará una independencia y una velocidad de respuesta a la demanda de los usuarios poco dada en el sector. La firma de gafas de sol ha hecho nuevas incorporaciones de primer nivel, como ha sido el caso de Diego Sebastián, procedente de la mismísima Apple. 

Francisco Pérez, director general de Hawkers, explica que su desafío es disruptir la industria de las gafas de sol «cambiando el modo en el que se ha consumido este producto durante décadas con un nuevo modelo de negocio basado en internet que llamamos Smart Value Fashion y que ofrece una marca a un precio justo, convirtiendo la compra en inteligente».

Hawkers, según el joven directivo, ha hecho una fuerte inversión en I+D+i para conseguir tener sus plantas de producción propias en 2018 y desarrollar, entre otras cosas, nuevos materiales biodegradables  o reciclables.  Pero no es al única novedad, la compañía ha dado la bienvenida a perfiles profesionales de primer nivel. Diego Sebastián, procedente del equipo de Apple, se incorpora como director de Innovación y Retail.

Pérez explica emocionado y aun algo sorprendido el nuevo fichaje llegado directamente desde la compañía californiana. Relata que, al saber que se venía con ellos, le preguntaron: ‘¿Por qué te vienes con nosotros?. Y Sebastián respondió: «Es un verdadero privilegio poder volver a España involucrándome en un proyecto revolucionario, sólido y con tanto futuro como Hawkers». El ex Apple explica, además, que se incorpora para «ayudar a materializar esa visión dentro del aburrido mundo del ‘retail’ y para maximizar la capacidad de innovación en cualquier línea de expansión de la marca».

Además, para continuar reforzando su estructura también han incorporado a José Marín como director financiero, un directivo que llega de Luxottica o Equivalenza. Y a Manel Bernal, un ex de la lusa Parfois y la catalana Desigual, como director de Recursos Humanos.

La historia de Hawkers en los últimos tres años se ha basado la venta de cuatro modelos básicos en múltiples colores, sin embargo, este verano quieren ir más allá. Pérez señala que están desarrollado una nueva colección buscando “la excelencia” en sus diseños y elaborarlos con materiales como lentes de nylon, aceros inoxidables, acetato italiano de Mazzuchelli, una casa fundada en 1849”.

Pérez confirma a OKDIARIO que no están buscando nueva financiación, sin embargo, sí que explica que, tras la entrada en el accionariado de Alejandro Betancourt a finales de 2016, se han acercado nuevamente grandes firmas industriales del sector y más fondos de inversión. “La compañía está en un momento en el que tenemos el tamaño adecuado para hacer sus inversiones. Han venido fondos que ya conocíamos y otros que no”, aclara.Ya en el momento de la llegada de O’Hara Financial (Fondo de Betancourt), comenta el directivo, hubo inversores con los que la empresa de gafas estuvo negociando, “pero al final no se llegó a un acuerdo, nosotros tenemos muy claro lo que supone que Hawkers esté en el mercado y queremos mantener nuestra independencia y libertad para tomar nuestras propias decisiones”.

Al lanzar Hawkers al mercado, recuerda que la firma facturó en un solo día la friolera de 16.000 euros. “A día de hoy seguimos con roturas de ‘stock’ mensuales y por eso hemos decidido buscar partners que nos permita realizar mayores pedidos de producción”, concluye el director general.

En este momento, los empresarios levantinos se han dado cuenta que “materializar la historia de Hawkers es más caro de lo que creíamos».  Su ambición, según cuenta a este periódico, es “llegar a todas partes del mundo sin intermediarios»,  un ‘modus operandi’ que las empresas de gafas de sol tradicionales desconocen. Pérez, de manera clara, explica que en este sector, «unos pocos ‘players’ son los que controlar toda la cadena de valor y durante muchos años han sido las grandes empresas las que han dictado las reglas. Gracias a internet podemos vender nuestros productos de la fábrica al cliente, evitando estas leyes y sistemas que, en nuestra opinión no son justas».

Están poniendo toda la carne en el asador para desarrollar sus propias plantas de producción y que estén listas en 2018. Un movimiento empresarial que les daría una independencia y una velocidad de respuesta a la demanda poco vista en el sector. Y es precisamente en esto en lo que Pérez se detiene, “consolidar este modelo de negocio requiere, no solo de financiación, desde el punto de vista de producción y logístico, además, hay que disponer de gran velocidad para responder a los usuarios”.

El director general asegura que son rentables desde el día uno, incluso antes de los 50 millones de 2016, “deseamos poder cambiar la industria y todo viene marcado por la velocidad y la construcción de marca”.

Confirma a OKDIARIO que desde la compañía no están buscando nueva financiación. Sin embargo, sí que confiesa que, tras haber recibido los 50 millones del venezolano Alejandro Betancourt, hay nuevos (y reincidentes) inversores que están poniendo su capital sobre la mesa con la intención de entrar en la firma.

El emprendedor explica, entusiasmado al otro lado del teléfono, que ha sido un año 2016 dedicado sobre todo a la profesionalización de Hawkers, una base a través de la cual conseguir consolidarse en mercados que antes no eran tan importantes para ellos. Es el caso de Italia, Francia, alemán o Reino Unido.

Según los últimos datos aportados por Hawkers, la firma finalizó 2016 con una facturación de 60 millones de euros, aunque sus ambiciones van más allá. La compañía espera llegar a una cifra de negocio de 100 millones de euros en 2017 y unas ventas de 5 millones de gafas. Si esto ocurre, si consiguen llegar a esa cifra, Hawkers se convertiría en la tercera marca de gafas de sol que más unidades vende en el mundo.

El directivo señala que España, en lo que llevamos de 2017, acapara entre un 25% y un 22% de la facturación total, “el resto está muy dividido entre países como Italia, Portugal, Francia, Australia…”. Confiesa, además, la rara sensación que tenían al principio invirtiendo un dinero que no era suyo. “Nunca habíamos tenido dinero de otra persona y al principio nos sentíamos raros”, concluye.