Economía
Crisis empresarial

Grifols nombra nuevas consejeras tras la dimisión de dos independientes en plena OPA

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Grifols se ha visto obligada a reorganizar su consejo de administración tras la dimisión el viernes de dos miembros independientes del mismo. Este lunes ha anunciado a la CNMV el nombramiento de dos sustitutos que serán muy relevantes ante el posible lanzamiento de una OPA de exclusión por el fondo Brookfield y la familia fundadora.

El viernes dimitieron de sus cargos Carina Szpilka (consejera coordinadora y ex responsable de ING en España) y Claire Giraut. Este martes han sido sustituidas por Montserrat Muñoz, ex directiva de Danone y que ocupará el puesto de coordinadora, y Anne-Catherine Berner, exdiputada del Parlamento finlandés y ministra de Transporte y Comunicaciones de ese país, que presidirá la comisión de nombramientos y retribuciones.

Grifols anunció el lunes la creación de un comité, denominado ‘comité de la transacción’, para dar seguimiento a la posible OPA de exclusión que negocian llevar a cabo conjuntamente los accionistas familiares y el fondo Brookfield.

El movimiento del consejo es muy relevante puesto que la dimisión de las dos consejeras independientes citadas contribuía a agravar la mala imagen de la compañía, muy perjudicada por los sucesivos informes críticos del fondo bajista Gotham City, que han provocado un desplome de la acción del 40,8% en lo que va de año.

De ahí que Grifols haya buscado estos relevos a toda velocidad, para cerrar esta crisis de gobernanza cuanto antes. Y ha buscado perfiles de prestigio para tranquilizar a los accionistas minoritarios respecto a que sus intereses serán defendidos en la OPA frente a los de la familia que controla la gestión de la biofarmacéutica.

Los pequeños accionistas temen que el precio de la OPA de exclusión sea muy bajo, algo que favorecería al fondo Brookfield (que busca maximizar la rentabilidad) y a la familia fundadora, que podrá adquirir un mayor porcentaje del capital. Eso les haría debatirse entre asumir unas pérdidas muy importantes o quedarse con un valor poco líquido a la espera de una oferta mejor en el futuro.

Esta mala imagen se acentuó aún más el viernes pasado cuando Moody’s anunció que dejaba de calificar el rating de la compañía, lo que achacó a la información «insuficiente o inadecuada» proporcionada por Grifols. Precisamente, la opacidad de sus cuentas y sus confusas relaciones con el holding familiar Scranton son el centro de las críticas de Gotham.