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Los astrónomos de la NASA no dan crédito: ven cómo el Sol se retuerce y resuelven un misterio de hace 80 años

  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

El Sol es la estrella que domina nuestro entorno, pero para los astrónomos sigue siendo una incógnita constante. Desde hace más de 80 años, la física solar trata de explicar por qué su atmósfera exterior alcanza temperaturas extremas mientras la superficie se mantiene relativamente templada. Ahora, nuevas observaciones aportan una respuesta.

Según el estudio Evidence for small-scale torsional Alfvén waves in the solar corona, liderado por R. J. Morton y publicado en Nature Astronomy, la explicación podría estar en que el Sol se retuerce de forma constante en su atmósfera exterior.

Astrónomos logran ver cómo se retuerce el Sol

Este hallazgo ha sido posible gracias al Telescopio Solar Daniel K. Inouye, situado en Hawái, el más potente jamás construido para observar el sol. Con ayuda de su instrumento Cryo-NIRSP, los investigadores han logrado detectar pequeñas torsiones en las líneas del campo magnético de la corona, a unos 70.000 kilómetros por encima de la superficie visible.

No se ven grandes llamaradas ni explosiones, sino que lo que se percibe es un giro suave pero persistente del plasma, organizado alrededor de estructuras magnéticas muy finas.

Ese patrón encaja con las llamadas ondas de Alfvén torsionales, un tipo de vibración magnética descrita en los años 40 y que nunca se había observado de forma directa en la corona solar.

Para aislar este movimiento, el equipo analizó con gran precisión la luz emitida por el hierro ionizado en la corona. Al estudiar los desplazamientos hacia el rojo y el azul en extremos opuestos de las estructuras magnéticas, quedó claro que un lado gira en un sentido, el otro en el contrario. Eso no deja mucho margen a la interpretación.

Así libera energía el Sol en su atmósfera

Según el estudio, estas ondas no actúan de manera puntual, sino que están presentes de forma continua y transportan energía desde capas más bajas del Sol hacia la corona. Aunque cada torsión individual es pequeña, su efecto acumulado resulta enorme. Los cálculos del estudio indican que podrían aportar una parte sustancial de la energía necesaria para mantener la corona a millones de grados.

El Sol no gira como una esfera sólida, en el ecuador rota más rápido que cerca de los polos, un fenómeno conocido como rotación diferencial. Esa diferencia estira y enreda las líneas del campo magnético, que acaban almacenando energía. Las ondas de Alfvén torsionales actúan como un mecanismo de liberación constante de esa energía acumulada.

Este proceso también conecta con el fenómeno clave del viento solar. La corona es la región desde la que se expulsan partículas cargadas hacia todo el sistema solar. Comprender cómo se calienta y cómo se acelera ese plasma resulta esencial para entender el entorno espacial que rodea a la Tierra y afecta a satélites, comunicaciones y redes eléctricas.

Los autores del trabajo subrayan que, por primera vez, se puede comparar directamente la teoría con observaciones reales. Hasta ahora, muchos modelos asumían la existencia de estas ondas, pero faltaba la prueba visual. Con los datos del Inouye, ese vacío desaparece.

A partir de aquí, el reto de los expertos pasa por medir cómo se disipa exactamente esa energía y cómo interactúa con otros tipos de ondas presentes en la atmósfera solar.