Economía
pese a los esfuerzos de Bruselas por reducir las compras

España aumenta su dependencia del gas ruso en 2024: ya ha pagado 1.400 millones a Putin hasta agosto

España ha comprado a Rusia el 34% del gas que ha importado a nivel mundial hasta agosto

España depende un poco más del gas natural licuado (GNL) de Rusia pese a los esfuerzos de Bruselas por reducir la importación de energía rusa para no financiar su invasión de Ucrania, a quien Europa está ayudando económica y militarmente. Las comercializadoras, principalmente Naturgy y Repsol, han elevado de enero a agosto la dependencia del mercado español del gas ruso hasta alcanzar el 34% del consumo total, según el Centro de Investigación de Energía y Medio Ambiente (CREA). El año pasado fue del 28% en el mismo periodo. El importe total abonado por las empresas españolas a Rusia y su presidente, Vladímir Putin, asciende a 1.400 millones de euros en lo que va de ejercicio.

Las numerosas llamadas de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, a que las empresas reduzcan las compras de gas ruso, han sido más de cara a la galería. Porque la realidad es que pasados más de dos años de la invasión de Ucrania por Rusia, la dependencia de España del GNL de Putin es mayor. El único punto positivo es que en volumen las importaciones de gas ruso han bajado un 6,5% este año, según CREA, debido a la caída del consumo de gas en España -principalmente el que se utiliza para generar electricidad en las centrales de ciclo combinado-.

Los datos de esta agencia de investigación privada están en la misma senda que los publicados por Enagás, el gestor del mercado gasista español. Según Enagás, hasta agosto de este año Rusia ha suministrado el 22,8% del total del gas importado por el país, mientras que en 2023 fue el 19,7%. Rusia se ha convertido en el segundo proveedor de gas de España, superando a Estados Unidos y quedando sólo por detrás de Argelia.

En 2023, España ya fue el primer importador de gas ruso de la Unión Europea. Naturgy ha explicado en varias ocasiones públicamente que se trata de contratos a largo plazo firmados antes de la invasión rusa de Ucrania y que romperlos unilateralmente supondría tener que afrontar demandas millonarias.

Y mientras aumenta la dependencia del GNL ruso en España, Bruselas sigue aprobando sanciones contra Rusia. La última ha sido en junio, el 14 paquete de medidas contra el país invasor, que incluye la limitación de los transbordos entre barcos en puertos europeos para la exportación a otros países, principalmente China.

Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica.

El Gobierno español ha aprovechado ya la aprobación en Europa de esas limitaciones de cara a 2025 y ya ha dado luz verde a un puñado de restricciones para dificultar la exportación de gas ruso desde España a países de fuera de la UE. Ahora, según las medidas acordadas por Ribera y Enagás, los barcos que quieran exportar gas ruso a un país de fuera de la UE tendrán que acreditar que tenían almacenado en España el gas equivalente al que quieren exportar desde 15 días antes y que no procede de Rusia.

Esta medida limitará las exportaciones rusas desde puertos europeos, pero el impacto en los ingresos rusos por la venta de energía será limitado. Y es que los países de la Unión Europea no se han puesto de acuerdo para aprobar la medida más efectiva: el veto a la compra de gas ruso, como se vetó el del petróleo a finales de 2022.

En conjunto, petróleo, gas y carbón, Rusia está viendo como se reducen sus ingresos por exportaciones de energía. En agosto, por quinto mes consecutivo, han caído los ingresos rusos por exportación de combustibles fósiles un 8%, aunque siguen siendo todavía de 636 millones de euros al día.