Duro Felguera cae un 15% en el último mes a la espera de que la banca acreedora tome el control
Duro Felguera atraviesa por un momento crítico tanto institucional como a nivel bursátil. La compañía asturiana, que ha perdido un 15% en Bolsa sólo este mes, quebrará si no consigue llegar a un acuerdo con la banca acreedora, que quiere relevar al actual presidente, Ángel Antonio del Valle.
«Hay una línea de soporte en 5,00 euros. Primer precio objetivo 5,30 para atacar máximos. No me parece recomendable debido a que tanto el técnico, como los indicadores, el fundamental y por último los conflictos internos de la compañía, nos indica una venta de las acciones de esta empresa», explica Alberto Hernández, analista de XTB.
Esos conflictos internos son la mayor fuente de problemas de la multinacional con sede en Gijón. Y es que a los problemas de financiación y a los proyectos fallidos hay que sumarle sus problemas con la justicia por presuntos delitos de cohecho internacional y blanqueo de capitales.
Hace apenas dos semanas, el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno admitió a trámite la querella interpuesta por la Fiscalía Anticorrupción contra Duro Felguera, su presidente, Ángel Antonio del Valle Suárez, y otras seis personas por presuntos delitos de corrupción internacional y blanqueo de capitales, tras detectar pagos por comisiones y sobornos a funcionarios venezolanos.
El Ministerio Fiscal acusa a Del Valle de haber firmado una serie de contratos con entidades y personalidades venezolanas relacionadas con el Gobierno del país entre 2008 y 2011, cuyo objetivo era encubrir el pago de comisiones o sobornos a funcionarios públicos venezolanos para favorecer los intereses de la empresa.
Según publica este lunes La Nueva España, la banca acreedora, capitaneada por el Santander, tiene la intención de relevar a Del Valle en favor del independiente Acacio Rodríguez, con el objetivo de activar de forma inmediata los 31 millones en avales como paso previo a la refinanciación de la deuda de la compañía.
Del Valle ha visto reducido su apoyo tras las dimisiones de algunos de los consejeros en el último año. El último en salir, hace tan sólo unos días, ha sido Ricardo Córdoba, que tan sólo llevaba cinco meses en el cargo. La entrada de Córdoba, además, se produjo al mismo tiempo que dimitía Carlos Solchaga, consejero desde 2011.
Según los propios estatutos de la compañía, los miembros del consejo de administración tienen la obligación de poner su cargo a disposición del mismo «cuando concurran circunstancias que puedan perjudicar al crédito y reputación de la sociedad», como es el caso.
El problema es que, por el momento, la empresa no ha recibido notificación oficial de la admisión a trámite de la querella, por lo que ese punto del reglamento aún no es aplicable aún.
Actualmente, Duro Felguera, se encuentra en situación de prórroga de tres meses concecida por la banca acreedora (standstill), con el objetivo de evitar emprender acciones legales. El plazo venció el pasado 30 de septiembre, pero se extendió hasta el próximo 15 de enero.
Temas:
- Duro Felguera
Lo último en Economía
-
La Comunidad de Madrid consigue que Sánchez atienda la demanda de vivienda en materia eléctrica
-
El Ibex 35 se suma al optimismo en Europa y avanza un 1,30% al cierre de la semana, pese los aranceles
-
Fondos como Apollo o Brigade vuelven a usar los productos financieros que provocaron la crisis de 2008
-
EY afirma que la red eléctrica no está preparada para el incremento de la demanda de los próximos años
-
Torres (BBVA) desafía a la CNMV: «El precio de una segunda OPA a Sabadell será el mismo que en la actual»
Últimas noticias
-
Bagnaia resucita en Japón con una pole de récord por delante de Mir y Márquez
-
‘Coolcations’: el calor extremo pasa factura a un turismo que busca destinos más fresquitos
-
Estos son los países que se han quedado y los que se han ido del discurso de Netanyahu en la ONU
-
Lo que se dicen Trump y Melania en una tensa discusión en el helicóptero presidencial: «Sólo dilo…»
-
El Gobierno escribe ahora a las maltratadas para pedirles «tranquilidad» tras el fiasco de las pulseras