Sánchez instó al presidente del Deutsche Bank a llegar a un acuerdo con Celsa

CVC vendió su deuda en Celsa en junio evitando la intervención de Pedro Sánchez en la crisis del grupo catalán

CVC Celsa
Instalaciones de Celsa en Noruega. CELSA.

CVC, la sociedad de capital riesgo que mayores operaciones ha realizado en España durante este siglo, vendió la deuda que tenía del grupo industrial Celsa el pasado mes de junio, evitando así la intervención del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la crisis de la compañía con sede en Barcelona.

El fondo CVC compró hace algo más de cuatro años deuda de Celsa en manos de bancos españoles, al igual que otros fondos internacionales. La compañía, uno de los mayores productores de acero de Europa, no pudo en 2020 atender sus obligaciones con acreedores por el impacto del Covid en su negocio.

Desde entonces, el grupo industrial controlado por la familia Rubiralta mantiene un duro enfrentamiento con los fondos, dueños de unos 2.200 millones de euros de la deuda total de Celsa, cercana a los 3.000 millones.

Ese enfrentamiento, que tiene en vilo a los 4.500 empleados en España del grupo y que amenaza con desalojar a los Rubiralta de Celsa, llevó al Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a llamar el pasado mes de junio a Christian Sewing, presidente del Deutsche Bank -uno de sus fondos es el mayor acreedor de Celsa-, para tratar de desatascar las negociaciones e impulsar la refinanciación de la compañía.

Con la venta de su deuda, CVC evita la crisis institucional en la que se ha convertido la crisis empresarial de Celsa, en la que también la Generalitat ha instado a los fondos a alcanzar un acuerdo que evite un posible concurso de acreedores.

Fuentes cercanas a CVC han confirmado a este periódico la venta de la deuda de Celsa, precisando que se llevó a cabo a través de la sociedad CVC Credit Partners, sin ofrecer el importe de la operación.

Para la sociedad de capital riesgo dirigida en España desde mediados de los años noventa por Javier de Jaime, quedarse al margen de la crisis de Celsa supone un alivio, dadas las inversiones estratégicas para la economía española que CVC tiene en el país y la mala imagen de cara al Gobierno que podía ofrecer su posición como acreedor de Celsa.

Pedro Sánchez no habría tardado un minuto en llamar a Javier de Jaime si CVC se mantuviera como acreedor de Celsa. El fondo es accionista de LaLiga, de Naturgy (20,4%), dueño de Deoleo -el primer comercializador del mundo de aceite de oliva-, de la Universidad Alfonso X El Sabio, o de la cadena de residencias para mayores Vitalia Home.

La llamada de Sánchez al presidente de Deutsche Bank se produjo pocos días antes de que el Consejo de Ministros anunciara que había aprobado una ayuda de la Sepi a Celsa de 550 millones de euros. Sin embargo, esa ayuda está condicionada a que se produzca un acuerdo entre Celsa y los fondos acreedores.

A pesar de las llamadas de Sánchez y de la Generalitat, la posición de los fondos sigue apuntando al control de Celsa. Las firmas presentaron el pasado 26 de septiembre ante el Juzgado Mercantil número dos de Barcelona una propuesta de refinanciación consistente en convertir 1.200 millones de euros de la deuda de Celsa en acciones, y tomar el 100% del capital.

La familia propietaria de Celsa considera que la naturaleza de los fondos que tienen su deuda es únicamente financiera, no industrial, y que no tienen ningún plan de inversión para dar continuidad al negocio. Además, como ha publicado este periódico, temen que los fondos trasladaran a Luxemburgo las sociedades que controlarían Celsa, evitando la legislación española.

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