Economía
GESTIÓN DE PATRIMONIOS

El coste hundido de la inversión: principales características y como evitarlo

Cuando en una empresa se toma la decisión de iniciar una inversión, se espera que haya unos beneficios en un plazo estipulado. Tal elección la toma, normalmente, la dirección. Ahora bien, no siempre aquello que se ha planeado acaba siendo realidad.

Respecto lo esperado, el resultado puede ser distinto por mala predicción de la evolución del mercado, incapacidad por conectar con las preferencias y necesidades del público objetivo, estimación incorrecta de la capacidad productiva de la compañía, estudio de mercado erróneo e imprevistos referentes a cambios en las preferencias del sector

Cuando esto ocurre, lo más acertado es frenar la inversión o redefinir el rumbo de la empresa. Ahora bien, algunas veces no es así. Dado que se ha realizado la inversión, hay un empeño en seguir por considerar que de esta forma se “amortiza” lo invertido. Se trata de una percepción incorrecta. Es lo que se llama “coste hundido”.

El coste hundido es una percepción psicológica que las personas tenemos en distintos ámbitos de la vida. El hecho de haber gastado o invertido dinero en un proyecto provoca que queramos seguir en él aunque sepamos que no tiene futuro.

Por lo tanto, el gasto pasado está influyendo en las inversiones futuras. La realidad es que, una vez se ha utilizado un dinero, éste ya está “perdido”. Por lo tanto, lo más adecuado es tomar las nuevas decisiones sin tener en cuenta este hecho. Los motivos que empujan a seguir en el error son: