CON MÁS INVERSIÓN PÚBLICA

El consumo impulsa el PIB de Japón a su mayor crecimiento trimestral de los últimos dos años

Shinzo Abe, ex primer ministro de Japón
Shinzo Abe

La economía japonesa ha experimentado un crecimiento del 1% en el segundo trimestre del año, lo que supone su mayor tasa de los últimos dos años. La clave para explicar este repunte ha sido el consumo interno que por fin despega tras décadas de estímulos monetarios e intervención pública para impulsar la demanda privada, según los datos publicados por el Gobierno del país nipón.

El dato de cierre de junio supone un notable avance respecto al contabilizado en el primer trimestre, cuando el Producto Interior Bruto (PIB) de Japón creció un 0,4% respecto al periodo septiembre–diciembre de 2016. El último avance registrado supone el sexto mensual consecutivo, una racha que el país no experimentaba desde hace 11 años.

Según los datos publicados hoy, la inversión de capital de las empresas, otro componente de peso para el PIB nipón y clave de la estrategia económica del Gobierno de Abe para estimular la recuperación, aumentó a su vez un destacable 2,4%. «Japón continúa por el camino de la recuperación», aseguró hoy en rueda de prensa el ministro de Economía y Política Fiscal, Toshimitsu Motegi, tras anunciar los datos del PIB.

A pesar del repunte del consumo privado el componente que experimenta un mayor crecimiento en las cuentas públicas japonesas es el de la inversión pública, con un incremento del 5,1% en el segundo trimestre de 2017. Cinco años después de que el Gobierno de Shinzo Abe pusiera en marcha su plan de estímulos el gasto público sigue manteniendo artificialmente la economía del país.

En los últimos años el “gas de la risa monetario” ha mantenido artificialmente la economía japonesa sin que se hayan aprobado reformas estructurales de calado. Una vez que desaparece la ilusión monetaria se ve la realidad: una economía hiper endeudada, grandes empresas obsoletas y un agujero presupuestario que se financia mediante subidas de impuestos.

Este tipo de política es cortoplacista y sólo sirve para mantener un crecimiento artificial. En el caso de Japón, además de no reducir la deuda, este plan gubernamental ha generado un efecto muy negativo: la devaluación de la moneda encarece las importaciones y esto no puede ser compensado por las mayores exportaciones. Ahora se observa un cambio de tendencia: según los datos publicados este lunes las ventas al exterior de Japón se han reducido un 0,5% en el segundo trimestre y las importaciones han crecido un 1,4%.

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