Economía

Los cinco escándalos que le han estallado en la cara a Elvira Rodríguez, presidenta de la CNMV

No continuará al frente a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Elvira Rodríguez ha confirmado que no va a seguir pilotando el organismo de control y que no habrá prórroga en el mandato porque “algunos partidos, que no son los que gobiernan” se han opuesto a ello. Rodriguez tomó la vara de mando de la CNMV el 6 de octubre de 2012, con la llegada del PP a Moncloa, y la dejará este mismo miércoles.

Tras estos cuatro años, solamente queda hacer balance de los movimientos del organismo, que en algunas, por no decir bastantes, ocasiones han hecho temblar los mercados españoles olvidando su razón de ser: velar por la transparencia en los mercados. A la CNMV les han colado todas demostrando que les han metido más de un gol.

Las cuentas maquilladas del Caso Bankia

Rodrigo Rato, ex presidente de Bankia, llegando a los juzgados

Rodriguez aterriza en la CNMV nada más estallar el “Caso Bankia”. En mayo de 2012, solo unos meses antes de su llegada, se hace público que la entidad tendrá que recibir entre 7.000 y 10.000 millones de euros en ayudas públicas y que las cuentas que habían presentado en 2011, cuando salían a Bolsa, eran presuntamente falsas. Y no solamente eso, caía en desgracia uno de los nombres más fuertes del Gobierno de José María Aznar, Rodrigo Rato anunciaba su dimisión como presidente de Bankia entre gran expectación y tomaba el mando José Ignacio Goirigolzarri.

La caída libre de los títulos de Bankia en Bolsa arrastraban al abismo a un Ibex que no dejaba de sangrar. El banco había perdido 2.979 millones de euros en 2011, el año de su debut en el parqué, estas cifras nada tenían que ver con las maquilladas cuentas de 309 millones de euros de beneficio neto atribuido que Bankia comunicó al organismo por este periodo. Las cuentas no estaban respaldadas por un informe de auditoría, motivo por el que la CNMV, decide no publicarlas. Demasiado tarde, el organismo ya había permitido que Bankia vendiese sus títulos a través de preferentes y en el día a día, el mal ya estaba hecho.