Economía
LIBIA

Chantaje de un ‘señor de la guerra’ libio a España: ordena cerrar un yacimiento clave para Repsol

Saddam Haftar, hijo de general Khalifa Haftar y líder militar en el este de Libia, se llevó un buen susto cuando el pasado 2 de agosto fue interpelado por la Policía italiana en el aeropuerto de Capodichino (Nápoles) mientras aguardaba regresar a su país en un jet privado a cuenta de un supuesto blanqueo de capitales denunciado por la Guardia Civil española, del que no hay por el momento causa abierta.

Finalmente, Haftar abandonó Italia rumbo a Bengasi, al noreste de Libia, no sin antes prometer venganza. Muy molesto con el trato recibido por culpa de la denuncia española, Haftar tomó represalias ordenando el cierre del campo petrolero de Libia, el de Sharara, el mayor yacimiento de Repsol en ese país con una producción de 260.000 barriles de petróleo al día.

La represalia de Haftar ha reducido la producción a sólo 30.000 barriles diarios confirmando una vez más que el petróleo es la herramienta de coacción por excelencia en el complejo tablero político libio donde distintas facciones libran una guerra civil por el control del país. Lejos han quedado los tiempos en los que la producción de petróleo alcanzaba los 1,8 millones de barriles cada día antes del derrocamiento de Muamar Al Gadafi en 2011. Desde entonces las instalaciones petrolíferas han sido objeto desde entonces de la guerra civil y las posteriores luchas de poder.

Saddam, de 33 años, ha sido premiado por su padre como Jefe de Estado Mayor de las fuerzas terrestres y cuenta con todas las papeletas para ser su sucesor. «Saddam dio instrucciones inmediatas por teléfono, y sin recurrir al uso de la fuerza militar, para cerrar el yacimiento en respuesta al intento de detenerle el pasado viernes en Italia, sobre la base de una orden dictada contra él en España», explicó a la agencia Italpress, Bashir Al-Sheikh, líder de la Ira del Fezzan.

El yacimiento de El Sharara -descubierto en 1980 en el desierto de Murzuq (suroeste)- es explotado por Akakus, una empresa conjunta de la Corporación Nacional Libia de Petróleo en asociación con Repsol, TotalEnergies, OMV y Equinor. El petróleo del país norteafricano es clave para garantizar su suministro en nuestro país. De ahí que los movimientos de este señor de la guerra libio sean seguidos de cerca ya que cuando Libia estornuda, el precio del petróleo en Europa se constipa.

El país se encuentra dividido actualmente en dos administraciones rivales: el Gobierno de Unidad Nacional (GNU) de Abdelhamid Dabeiba, reconocido por la comunidad internacional y establecido en Trípoli (oeste); y el Ejecutivo de Bengasi, elegido por el Parlamento y dirigido por Osama Hamad y bajo la tutela del mariscal Haftar, padre de Saddam.

No es la primera vez que Haftar toma una medida así para castigar a España. En el pasado mes de enero el campo petrolífero fue cerrado después de que la Policía española confiscara un cargamento de equipo militar y armas que estaba destinado a los Emiratos Árabes Unidos y a la milicia de Saddam Haftar, la brigada Tariq Ibn Ziyad, acusada de violar los derechos humanos por varias organizaciones internacionales.