ESTADOS UNIDOS

La sangría bursátil de UnitedHealth: un asesinato y escándalos penales tumban 104.000 millones en Bolsa 

El asesinato del ejecutivo y una serie de investigaciones colapsa a la mayor empresa sanitaria del mundo

La compañía pierde 104.000 millones de dólares en capitalización bursátil en apenas seis meses

Luigi Mangione, sospechoso del asesinato del consejero delegado de UnitedHealthcare. (Getty)
Luigi Mangione, sospechoso del asesinato del consejero delegado de UnitedHealthcare. (Getty)

Durante décadas, UnitedHealth fue un gigante del sector sanitario estadounidense. Dentro del sistema sanitario privatizado de Estados Unidos, la empresa había construido su propio ecosistema, que controlaba cada segmento: desde las clínicas hasta las propias proveedoras de farmacéuticas. Esto le llevó al éxito: sus beneficios alcanzaban a menudo los dobles dígitos y sus acciones se disparaban en la Bolsa de Nueva York.

UnitedHealth estaba integrado estrechamente en el tejido de Wall Street. Contaba con el visto bueno unánime de los analistas del sector. Este modelo de negocio tuvo éxito porque integraba a la aseguradora, las clínicas y las proveedoras farmacéuticas tras una serie de adquisiciones estratégicas.

Todo cambió cuando Brian Thompson, un ejecutivo de la aseguradora de UnitedHealth, fue asesinado a tiros en Manhattan el pasado diciembre, desatando un revuelo internacional acerca del sistema de facturación y reclamaciones en Estados Unidos. Entre las críticas, estaban que el sistema sanitario estaba basado en una fórmula de pay-to-win (pago por ganancias).

Después, las cosas sólo empeoraron. El mediático caso penal desencadenó una serie de escándalos dentro de la empresa, incluidas varias investigaciones penales, una de ellas sobre las prácticas de facturación de la empresa. Además, UnitedHealth sufrió otro revés la semana pasada: el Departamento de Justicia le investigaba de nuevo, ahora por un presunto fraude, según informó el periódico económico, The Wall Street Journal.

Ya había síntomas que apuntaban a la eventual caída de este imperio sanitario. El aumento de los costes médicos ya había afectado a su balance en los últimos trimestres. Además, la amenaza de recortes presupuestarios a Medicare y Medicaid (el programa de Seguridad Social, en EEUU) por parte de la Administración de Trump, amenazaba con acabar con su lucrativo modelo de negocio.

A día de hoy, las acciones de la empresa se han hundido más de un 50% tras la salida del consejero delegado de la compañía, Andrew Witty. El ejecutivo citó a «razones personales» como el motivo de su dimisión. Esta salida sólo aceleró las caídas en Bolsa. Las firmas de análisis han empezado a retirar sus valoraciones positivas de la compañía de sanidad más valiosa de Estados Unidos y del mundo.

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