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Brufau pide cautela ante el «ambicioso liderazgo» del Gobierno frente al cambio climático

El presidente de Repsol, Antoni Brufau, ha pedido cautela al Gobierno ante el "ambicioso liderazgo" demostrado por el Ejecutivo español en la lucha mundial contra las emisiones contaminantes.

Antonio Brufau (Foto: Repsol).
El presidente de Repsol, Antonio Brufau (Foto: Repsol).

El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha pedido cautela ante el «ambicioso liderazgo» que el Gobierno de España quiere asumir para frenar las emisiones contaminantes, al considerar que conllevaría un coste para la industria del país, sin que ello suponga una reducción de la contaminación, que solo se desplazaría a otros países «menos sensibles» a la reducción de emisiones.

En la junta general de accionistas, Brufau ha apuntado al objetivo incluido en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), presentado recientemente por el Gobierno, de reducir un tercio todas las toneladas de dióxido de carbono (CO2) en 13 años, lo que multiplica por 2,4 los objetivos planteados por la Unión Europea.

Para el presidente de Repsol, este «ambicioso» proyecto «no es suficiente» para hacer cambiar el sentimiento de otros países, incluido Alemania, que no pretende renunciar al carbón al menos hasta el año 2038. «Cuando pensamos que España tiene que liderar esto, vayamos con cuidado por los costes que puede provocar este liderazgo. No somos tan relevantes en Europa», ha advertido.

En concreto, Brufau se ha referido a que, pese a la sensibilidad de Europa en la lucha contra el cambio climático, hay otros países que tienen otras prioridades, como «el crecimiento económico o sacar de la pobreza a sus ciudadanos», sobre todo teniendo en cuenta que en Europa solo se genera el 10% de las emisiones generadas en todo el mundo, frente al 28% que suponen en China.

Por ello, ha puesto como ejemplo que, si en el esfuerzo por alcanzar los objetivos propuestos por España se deja de producir aluminio en el país pero, al mismo tiempo, se importa de Turquía, «impactaría negativamente en la industria española y de forma favorable a la turca», sin reducirse las emisiones, sino solo trasladándose.

Imaz

Por su parte, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha reafirmado el eje central de la compañía en su compromiso con la sostenibilidad y de dar respuesta «a las necesidades energéticas de la sociedad» por medio de una transformación dirigida a convertirse en una «compañía multienergía».

En la junta general de accionistas, celebrada este miércoles en Madrid con una participación del 56,3% del capital, Imaz se ha mostrado «orgulloso» de formar parte del grupo, al constatar que la compañía ya está «mejor preparada» para un entorno «de transformación» que aproveche las oportunidades que se generen en la electricidad y en los negocios de bajas emisiones.

El consejero delegado de Repsol ha señalado que esta estrategia enfocada en la sostenibilidad y en la consecución de los objetivos del Acuerdo de París es compatible con el mantenimiento de una «sólida posición financiera», acompañada de una retribución «que aporta valor al accionista».

En este sentido, Imaz ha apuntado que el dividendo se está incrementando en un 8% anual desde el año 2017, cuando fue de 0,80 euros por título, hasta el objetivo del euro por acción ya en el próximo año, con cargo al beneficio de 2019, mientras que este año se quedará en 0,95 euros.

Pilares

Esta mayor retribución al accionista es, para Imaz, uno de los cuatro pilares de la estrategia de Repsol, junto con un crecimiento rentable de la compañía, el desarrollo de nuevos negocios en bajas emisiones y el mantenimiento de una solidez financiera y una deuda por debajo de la media del sector, que ha resumido en dos palabras: «crecimiento y creación de valor».

En lo relacionado con la sostenibilidad, ha puesto en valor que el 30% de los inversores institucionales de la compañía corresponda a fondos cuyas decisiones de inversión «se guían por criterios responsables y sostenibles».

De hecho, el objetivo de la compañía es reducir la intensidad de dióxido de carbono (CO2) de la cadena de valor en un 40% para 2040 por cada unidad de energía generada, al mismo tiempo que se reduzcan tres millones de toneladas de CO2 antes de 2025 y en un 25% las de metano.

Respecto al desempeño del negocio en el último año, Imaz ha destacado el incremento de la producción del 3% respecto al ejercicio precedente y que el número de clientes dentro del negocio ‘downstream’ se incrementó en un 16% entre noviembre del año pasado, cuando adquirió los activos de Viesgo, y el último mes de mayo.

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