Economía
Crisis económica

La banca sostiene ‘empresas zombie’ como Abengoa y Duro Felguera para lavar su imagen

Si Hacienda acepta poner 100 millones en Duro Felguera, los bancos pasarán por el aro y refinanciarán su deuda

Abengoa se salva del concurso: encuentra una fórmula sin el dinero de la Junta de Andalucía

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La banca no quiere que su imagen vuelva a hundirse como en la época del rescate de las cajas, las preferentes, las cláusulas suelo, las hipotecas multidivisa, los gastos hipotecarios, etc. Por eso, no está dispuesta a aparecer como la culpable de la quiebra de empresas en la grave crisis actual y de los miles de trabajadores que irían al paro. La consecuencia es que, o bien buscan a otro responsable al que echarle la culpa, o bien mantendrán vivas empresas zombies como Duro Felguera o Abengoa pese a que su viabilidad es más que dudosa.

«Es fundamental que no puedan acusar a la banca de dejar a miles de familias en la calle con la crisis que tenemos encima por el coronavirus», señalan fuentes no oficiales de una entidad de primera fila. «La banca ha dicho que quiere ayudar a salir de la crisis con las moratorias hipotecarias, los créditos ICO, aplazamientos, etc. Así que no puede aparecer como la mala y llevar a empresas a concurso porque se niega a refinanciarlas. Aunque no sean viables», añaden.

El ejemplo más claro son las empresas hoteleras, que debido a la pandemia están funcionando con un nivel de ocupación muy baja y necesitan alargar el vencimiento de sus deudas. Como informó OKDIARIO, los bancos no van a dejar caer ninguna hotelera, a pesar de que Exceltur pronostica pérdidas de 100.000 millones para el sector con mayor peso en el PIB español. Y no solo por el problema de imagen, sino porque el sector no quiere volver a quedarse con hoteles como tuvo que hacer en la anterior crisis.

«Los bancos ya se quedaron muchos hoteles cuando estalló la burbuja inmobiliaria al ejecutarlos como garantía de créditos que no iban a cobrar, y tuvieron que darles salida como pudieron, con grandes pérdidas en la mayoría de los casos. No quieren volver a quedarse con hoteles otra vez», según otra fuentes del sector. Añade que, para 2020, están resueltos los problemas de liquidez del sector (se ha dado más crédito a quien estaba más apurado, como Hotusa), y que el verdadero desafío será la temporada alta de 2021. El temor es que, si la recuperación es débil, varias cadenas medianas pueden caer.

Abengoa: la Junta de Andalucía, el chivo expiatorio

Pero hay situaciones más graves que las de las hoteleras: las de empresas cuyos problemas vienen de muy atrás, que se habían salvado del concurso de acreedores de milagro y que ahora vuelven a estar al borde del abismo por el impacto de la pandemia. Dos casos sobresalen en estos últimos meses: Abengoa y Duro Felguera. En ambos casos, la banca trata de buscar otro responsable al que echarle la culpa para dejarlas caer; si no lo encuentra, las mantendrá vivas por inviables que sean.

La ingeniería andaluza se salvó de la quiebra en 2015 porque los bancos acreedores acordaron una complicadísima refinanciación en la que se quedaban con la empresa a costa de los hermanos Benjumea y de los accionistas minoritarios, y sufrían quitas superiores al 90% en muchos casos. Pero los 3.000 millones de deuda que todavía arrastra son un lastre demasiado grande, y ha tenido que refinanciarlos en varias ocasiones durante los últimos años. La última, en agosto de este año, en la que la Junta de Andalucía se metió en un jardín al prometer que aportaría 20 millones, para luego echarse atrás por las duras exigencias legales para conceder ayudas públicas a empresas tras los casos de los ERE y de Isofotón.

Esos 20 millones son el chocolate del loro ante los 530 millones de dinero nuevo que implica la refinanciación (230 millones de crédito garantizados por el ICO y 300 más de avales respaldados por la aseguradora pública Cesce). Pero es el cabeza de turco perfecto para salvar la imagen de la banca: todos los acreedores se agarran al incumplimiento de la Junta de Andalucía para poder eludir sus compromisos. Como ha informado OKDIARIO, a pesar de la negativa andaluza se ha encontrado una vía para mantener viva a Abengoa, si bien ha pedido 15 días más de plazo para poder cerrar la operación.

Duro Felguera caerá si el Gobierno se niega a ayudarla

En el caso de Duro Felguera pasa tres cuartos de lo mismo. En verano de 2018, la compañía asturiana se salvó del concurso en el último minuto en una refinanciación en la que incluso entraron fondos de inversión de campanillas, como Cobas (Francisco García Paramés) y Azvalor (Álvaro Guzmán de Lázaro). Poco después ,ambos denunciaron haber sido engañados y quedó claro que aquello había sido una mera ‘patada adelante’ de una empresa de todo punto inviable.

El covid le ha dado la puntilla este año, y los bancos se han plantado: no van a asumir una nueva quita después de haberle perdonado el 75% de su deuda hace dos años. Aquí, la única solución también es pública: la empresa ha solicitado 100 millones al fondo de rescate de empresas estratégicas del Gobierno. En puridad, Hacienda (responsable de este fondo) no debería concedérselos, puesto que es dudoso que Duro Felguera sea estratégica -solo en Asturias-, no es una empresa viable con problemas puntuales, sino estructurales, y esas dificultades no derivan del covid, sino que vienen de mucho más atrás.

Si el Ejecutivo cumple estas normas y no le concede ese capital, los bancos llevarán a la compañía a concurso. El malo sería el Gobierno, no la banca. Pero si, dada la situación económica y los 1.100 empleos directos en juego, María Jesús Montero decide darle esa ayuda, las entidades no tendrán más remedio que asumir nuevas pérdidas y refinanciar de nuevo la deuda, según confirman fuentes del sector, para que siga caminando. Aunque sea como un  zombie.