Economía
MERCADOS

Las Bolsas de Francia y Alemania marcan récord histórico y el Ibex se queda rezagado a un 40% de máximos

Los inversores europeos se contagian del empuje del mercado americano

El Ibex 35 cierra la semana con una caída del 0,1% y pierde los 9.900 puntos

Los índices de valores siguen batiendo récords y el apetito por el riesgo que hasta ahora caracterizaba preferentemente a los mercados de Estados Unidos se ha trasladado a las bolsas europeas de Francia y Alemania, que están en máximos históricos: una de las excepciones es España, donde el Ibex 35 sigue rezagado, a un 40% de su cota más alta. En América, el empuje no parece perder fuelle: el Dow Jones batió su récord histórico a comienzos de la semana pasada, cerrando en 38.797,38 puntos  y el S&P hizo lo mismo el jueves cerrando en 5.036,79 puntos. El índice español sigue castigado por la debilidad de la inversión privada y exterior, así como por el repunte de la inflación.

Pero el tirón alcista se ha contagiado a Europa, de manera que el Stoxx 600, que es el indicador que representa a las diecisiete compañías más importantes en otros tantos países europeos -y que cubre aproximadamente el 90% de la capitalización de la renta variable del Continente- cerró el pasado viernes en máximos históricos de todos los tiempos (491,59 puntos). Por su parte, las bolsas de Francia y de Alemania también finalizaron mejor que nunca. El Dax alemán acabó en 17.117,44 puntos, un récord histórico, lo mismo que el CAC francés, que finalizó en 7.768,18 puntos.

Como aderezo del poderoso atractivo del riesgo en los actuales momentos,  el bitcoin ha llegado de nuevo a superar los 52.000 dólares (en octubre estaba por debajo de 30.000 dólares). La sucesión de hitos cobra, si cabe, mayor importancia en medio de una notable incertidumbre geopolítica y justo en unos días en los que las noticias sobre la inflación fueron malas y las cifras sobre el crecimiento no han sido buenas.

La única explicación, según las fuentes consultadas, es que los inversores están primando por encima de cualquier otro aspecto la innovación, convencidos de que va a crear mucho valor futuro, y de que ese crecimiento eliminará las actuales preocupaciones. La fascinación que produce ese futuro perfecto guiado por la inteligencia artificial hace superar con creces el temor que puedan provocar los problemas económicos tradicionales, agravados por un entorno geopolítico no demasiado tranquilizador.

En lo que respecta a la economía tradicional, el dato más importante fue la inflación americana de enero, que se esperaba que bajase del 3,4% de diciembre al 2,9%, pero que finalmente se quedó en el 3,1%. El mal dato fue ratificado el viernes por el índice de precios de producción (PPI), que también decepcionó al mercado al subir un 0,3% en enero (y si excluimos energía y alimentos, un 0,5%) en lugar del 0,1% previsto por el consenso del mercado.

Esas malas sensaciones en el plano de la inflación se han visto acompañadas esta vez por otras similares en el plano del crecimiento. Las ventas minoristas de enero en Estados Unidos cayeron un 0,8%, mientras el consenso esperaba un descenso de tan sólo el 0,3%. Y en lo que se refiere a la confianza, el sentimiento de los consumidores americanos medido por la Universidad de Michigan, aunque no fue negativo, quedó ligeramente por debajo de las estimaciones, al tiempo que las expectativas de inflación de dichos consumidores siguen ancladas en el 3%, es decir, son más bajas que hace un año, pero no acaban de ver el 2% que desea la Fed, lo cual puede retraer el consumo, que hoy por hoy es la base del crecimiento del PIB en América.

En Japón, la economía ha entrado en recesión técnica tras bajar el PIB  los dos últimos trimestres de 2023. Es verdad que en el conjunto del año la actividad sube el 1,9%, pero en el cuarto trimestre ha bajado el 0,1% tras caer el 0,8% en el tercer trimestre. La consecuencia es que el PIB nominal de Japón queda ya por debajo del de Alemania -a pesar de que la economía germana también está estancada- debido a la fuerte caída del yen.

Esas esquivas noticias económicas, tanto en la inflación como en el crecimiento, tuvieron inicialmente un impacto en el mercado, pero la influencia negativa se vio más que compensada, una vez más, por el efecto seductor que genera la tecnología y muy especialmente la inteligencia artificial. De nuevo, el empuje de valores como Nvidia, que ha superado en capitalización bursátil tanto a Alphabet como a Amazon, convirtiéndose ya en la tercera compañía cotizada más poderosa de Estados Unidos, y de otras empresas como Applied Materials, ha impulsado al mercado en su conjunto.

Las bolsas priman la innovación

Según los medios consultados, este tipo de situaciones en las que un puñado de firmas toma el liderazgo del mercado y ejerce una fascinación total sobre los inversores no es nuevo. En esta ocasión son los “siete magníficos” de 2023 y su derivada de los llamados “MNM”, es decir, de Microsoft, Nvidia y Meta como compañías más representativas de la inteligencia artificial generativa. En 1999, por ejemplo, fueron las ‘puntocom’, y en 2021 las llamadas FAANG (Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Google).

En todos estos casos, ese pequeño grupo de compañías cotizaba a un múltiplo de beneficios (PER) mucho más elevado que el resto de las empresas; un PER superior a  60 veces beneficios en el caso de las ‘puntocom’ y de las FAANG. Los “siete magníficos” cotizan a un PER superior a 40 veces beneficios, y alguno de ellos, como la ya mencionada Nvidia, casi a 100 veces beneficios.

En todos estos casos, dicho grupo de compañías que parecían imbatibles acabó bajando a niveles de valoración más razonables. Un ejemplo es Cisco Systems, que a fines de 1999, en plena burbuja de las ‘puntocom’, llegó a valer 267.000 millones de dólares, lo que la convirtió en la empresa más valiosa del mundo, por encima de Microsoft, iniciando luego una brusca caída de casi el 80% de su valor. Aunque desde 2002 inició una lenta pero sólida recuperación, su valor actual en bolsa es de 197.000 millones de dólares, lejos aún de su cota máxima de 1999.

La pregunta que se hacen los inversores es si ahora pasará lo mismo o si estamos sólo ante una revolución tecnológica tan espectacular que lo que vemos es sólo el principio de una larga e importante subida. En definitiva, ¿van a despertar los mercados bruscamente del escenario casi perfecto en el que viven? «No lo sabemos, pero lo que sí sabemos es que hay muchos candidatos a estropear ese dulce sueño», asegura Juan Carlos Ureta, presidente ejecutivo del banco de inversión Renta 4.

Janet Yellen, secretaria del Tesoro de EEEUU.

A su juicio, la circunstancia más relevante es el tipo de interés del bono del Tesoro americano a 10 años (T bond), que el viernes cerró en el 4,28%. «No es todavía el 5% que alcanzó el pasado octubre, pero va camino, y tal vez lo que debamos leer es que los mercados de bonos se están anticipando, una vez más, a los riesgos de forma más realista que los mercados de acciones».

El optimismo de los inversores, sin embargo, aunque ha caído un poco, sigue en niveles altos. Según la encuesta de la American Association of Individual Investors (AAII), el sentimiento alcista ha flojeado, pero todavía está muy por encima de la media histórica del 37,5%, y lleva ya quince semanas por encima de esa media.

Otros medios consultados por OKDIARIO perciben una creciente dificultad de las bolsas para seguir avanzando, y piensan que los mercados seguirán debatiéndose entre el brillante futuro a largo plazo propiciado por la innovación tecnológica y los numerosos problemas que amenazan a corto plazo con deteriorar el ambiente de la economía y de los mercados.