Economía
Construcción

Los Amodio se garantizan el control de OHLA pero no los 150 millones de la ampliación de capital

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Los hermanos Amodio, que gestionan la constructora OHLA, anunciaron este lunes un acuerdo para una ampliación de capital de 150 millones con la que superar la situación financiera de la empresa. Tal como se ha diseñado la operación, los mexicanos se aseguran mantener el control de la empresa, pero ni mucho menos los 150 millones prometidos; sólo tienen garantizados 100.

El acuerdo incluye la participación del empresario catalán José Elías, avalista de Joan Laporta en el Barcelona, al frente de un grupo de inversores que pondrá 50 millones en el capital de OHLA. Además, entrará otro empresario mexicano, Andrés Holzer, a través de su inmobiliaria Coapa Larca, que aportará otros 25 millones. Finalmente, los propios Amodio se habían comprometido a poner la parte de 100 millones que corresponde a su actual participación en el accionariado, es decir, 26 millones. En total, 101 millones.

La operación es un calco de la que había propuesto a OHLA el fondo Atitlan: una primera ampliación de capital sin derecho de suscripción preferente para los actuales accionistas de 70 millones, en la que entrarían Elías y sus socios, y no está claro si lo haría Holzer o los Amodio (en ningún caso suman 70). Y una segunda con derecho de suscripción preferente de otros 80 millones, donde el que falte suscribirá lo que no aporten los accionistas.

Pero hay una gran diferencia con el plan de Atitlan: en la propuesta de este fondo, junto a Stoneshield, aportaba en la primera ampliación íntegramente 75 millones y en la segunda se comprometía a suscribir la parte de los 75 millones restantes que no quisieran los accionistas actuales de OHLA. Es decir, garantizaba la inyección de 150 millones en la empresa.

Ahora, ni el grupo de Elías, ni Holzer, ni los Amodio se han comprometido a poner más de los 100 millones citados (y en el caso de los hermanos, dicen «hasta 26 millones»). Por tanto, los 50 restantes dependerán de si acuden los accionistas minoritarios de OHLA, que arrastran fuertes pérdidas en sus posiciones.

Ahora bien, con la propuesta de Atitlan, gestionado por Roberto Centeno (yerno de Juan Roig), los Amodio corrían el riesgo de que su porcentaje en el capital quedara por debajo del que consiguiera el fondo en la ampliación. De hecho, Atitlan pretendía alcanzar al menos la misma participación que los mexicanos y, de esta forma, poder influir en la gestión y en la gobernanza de OHLA: desde la destitución del consejero delegado, Luis Amodio es presidente ejecutivo y Mauricio Amodio vicepresidente también ejecutivo.

Con la fórmula anunciada ayer, por el contrario, los Amodio se garantizan mantener el control porque nadie va a tener más capital que ellos, porque Elías no va a participar en la gestión y porque su compatriota Holzer viene de su mano y les apoya. Es decir, han asegurado su control a cambio de la incertidumbre sobre la ampliación de capital.

Ni precio ni acuerdo con la banca

Otro aspecto que no se ha desvelado es el precio de las ampliaciones de capital, lo cual suele indicar que no está todavía cerrado, sino que las partes siguen negociándolo. OHLA cerró ayer en Bolsa en 0,307 euros por acción y este tipo de operaciones siempre tienen un descuento sobre la cotización en el mercado.

Además, el comunicado de ayer admite que «en todos los casos el apoyo financiero de los inversores anteriormente descritos está condicionado a que OHLA alcance un acuerdo satisfactorio con los bancos de referencia de la Sociedad y con los titulares de los bonos emitidos por OHL Operaciones, S.A.U.»

Aquí aparece otra diferencia con la opción de Atitlan, ya que este fondo sí había alcanzado un acuerdo preliminar con los bancos acreedores de OHLA que garantizaba la viabilidad de la ampliación de capital. Con el nuevo acuerdo, la empresa deberá volver a negociar con ellos para conseguir su apoyo.