Economía
Coca-Cola

Adiós a Coca-Cola tal y como la conoces: el cambio más radical que ya está aquí

Coca-Cola recupera una de sus campañas más famosas y la adapta a los nuevos tiempos

Coca-Cola es, sin que nadie lo ponga en duda, la bebida refrescante más popular de todas desde hace décadas. Ninguna otra le ha podido superar y posiblemente sea debido a una fórmula que se ha mantenido desde sus inicios, logrando un sabor muchas veces imitable, pero pocas superable. Lo cierto es que Coca-Cola podría quedarse así para siempre y no cambiar nada y seguiría siendo un éxito, pero en los últimos años ha introducido ligeros cambios no en su sabor, sino en su formato con campañas como la lanzada hace algo más de una década y que para alegría de muchos, ahora regresa renovada.

La bebida es también todo un símbolo cultural, ha acompañado a generaciones con el sabor al que hacemos mención, pero también con su diseño icónico en latas y botellas. Su logotipo rojo sobre fondo blanco es reconocible en cualquier rincón del planeta y su tipografía cursiva es algo inconfundible. Sin embargo, la compañía ha decidido dar un paso adelante en su historia y sorprender al mundo con una pequeña transformación que sus fans más acérrimos van a reconocer enseguida. Algo que tiene que ver precisamente con su nombre y el modo en el que se presentará a partir de ahora en botellas y latas. Un cambio que puede que sea simbólico pero que ciertamente, más de uno va a notar y todo apunta a que será un éxito si tenemos en cuenta que consiste en recuperar una campaña que ya arrasó a comienzos de la década de 2010.

El cambio que llega para siempre a Coca-Cola

Desde el pasado mes de abril, Coca-Cola ha comenzado a distribuir en supermercados y puntos de venta botellas y latas que ya no lucen el nombre de la marca en el envase. En su lugar, vuelven los nombres propios, ya que la compañía ha decidido recuperar la mítica campaña Share a Coke (Comparte una Coca-Cola) más de una década después, pero esta vez lo hace con una propuesta global, más ambiciosa y totalmente adaptada a los códigos de la era digital.

Cuando esta campaña fue lanzada  por primera vez en Australia en 2011, nadie imaginaba el impacto que tendría. Cambiar el icónico logo por nombres comunes como Laura, Daniel, Lucía o Andrés fue un experimento que conectó de inmediato con la audiencia. Las personas no sólo querían beber Coca-Cola, querían encontrar su Coca-Cola. Y ahora, en 2025, la marca retoma esa fórmula de éxito, pero con una visión global y un enfoque mucho más interactivo, tecnológico y emocional.

Esta vez, la campaña abarca más de 120 países y viene cargada de sorpresas. En vez de limitarse al diseño físico de la lata o botella, Coca-Cola propone una experiencia dual: tangible y digital. Escaneando un código QR impreso en los envases, los consumidores acceden a la plataforma Share a Coke Memory Maker, un centro creativo en el que pueden personalizar virtualmente su lata, añadir nombres, frases o mensajes, y generar vídeos con memes personalizados para compartir con amigos y familiares. Una forma de trasladar el gesto físico de regalar una bebida al terreno emocional del entorno digital.

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Una campaña que va más allá del marketing

No es casualidad que Coca-Cola haya decidido relanzar esta campaña en un momento en el que parece que todos pasamos más tiempo frente a la pantalla que en la vida real. Por este motivo, la compañía quiere ofrecer algo más: una experiencia que sirva de puente entre lo digital y lo real. Como ha explicado Islam ElDessouky, vicepresidente creativo global de Coca-Cola, no se trata de conseguir más likes, sino de crear momentos que importan y que pueden compartirse tanto en el mundo físico como en el digital.

Con esta intención, la nueva campaña no se queda en los supermercados. También se han planificado acciones de calle, colaboraciones con creadores de contenido, retos virales en redes sociales, y hasta packs especiales en restaurantes McDonald’s, donde se podrá disfrutar de menús personalizados bajo el concepto Share a Meal. El objetivo es claro: que la marca se convierta en un vehículo emocional para compartir algo más que un refresco.

La Generación Z en el centro del cambio

Uno de los focos esta nueva etapa es que no busca sólo recuperar al público que vivió la campaña original, sino conquistar a quienes no la conocieron: los más jóvenes. La Generación Z, habituada a expresarse a través de filtros, stories y plataformas interactivas, encuentra en esta propuesta una forma familiar de comunicar emociones. Y Coca-Cola lo sabe. Por eso, ha desarrollado toda la experiencia digital en torno a los códigos de este público: personalización, humor, inmediatez, creatividad y, sobre todo, autenticidad.

Además, en un mundo saturado de mensajes de marca, destacar por una propuesta que apela a lo humano es toda una declaración de intenciones. Coca-Cola quiere que sus consumidores no sólo  elijan una bebida, sino que vivan una experiencia. Que se sientan parte de algo. Que vuelvan a emocionarse al ver su nombre (o el de alguien querido) en una lata.