Sant Jordi 2018

Ada Colau pide a los catalanes que no compren rosas extranjeras: «Generan muchas injusticias»

Ada Colau
La alcaldesa barcelonesa, Ada Colau. (Foto: Ayuntamiento) | Sant Jordi 2018
Borja Jiménez

Ada Colau, a través de la página web del Ayuntamiento de Barcelona, Barcelona.cat, pide a los catalanes que este lunes, con motivo de la celebración del día de ‘Sant Jordi’, compren rosas catalanas, en detrimento de las sudamericanas (principalmente Colombia y Ecuador), que vendieron en 2017 más del 80% de las flores.

A través de un extenso artículo, el consistorio de Ada Colau advierte de que «comprar una rosa de importación acostumbra a ser más barato que comprar una rosa local, pero al comprarla estamos adquiriendo también una rosa kilométrica que ha tenido que viajar muchos kilómetros para conseguir una sonrisa de nuestra persona amada».

«Al comprarla estamos adquiriendo también una rosa kilométrica que ha tenido que viajar muchos kilómetros para conseguir una sonrisa de nuestra persona amada»

«Estas rosas viajan en avión dentro de cámaras frigoríficas para garantizar su estado de conservación. Y no sólo eso, sino que hay algunas que además llevan asociada una forma de cultivo que genera muchas injusticias y problemas ambientales», continúa el artículo, que recuerda que «Colombia es el segundo productor mundial de flores, detrás de Holanda».

«Destina casi 7.000 hectáreas de invernaderos (si hiciéramos una cinta de 100 metros de ancho, el plástico colombiano llegaría de Barcelona a Madrid y todavía un poco más), según datos de 2005. Más del 80% de los trabajadores de la floricultura de este país son mujeres con unas condiciones laborales precarias: jornadas de 12 horas, sueldos de 4 € al día…», insisten desde el consistorio de Barcelona, que advierte, además, de que «el cultivo de flores es uno de los cultivos que más productos plaguicidas y fertilizantes del mundo utiliza, los cuales contaminan el agua y la tierra, alterando los ecosistemas. Y no sólo eso, sino que consume mucha agua y empobrece los suelos en pocos años».

«Tal como describe Ferran García en su artículo las Raíces de las Flores, cabe decir que lo que pasa en Colombia con las flores no es un caso aislado. Es uno de los llamados monocultivos exportadores que se están expandiendo por todo el planeta en países y regiones empobrecidas, siguiendo la estructura de un centro económico mundial y una periferia. Simplificando, la cosa funciona así: ¿Europa, por ejemplo, quiere consumir un volumen de flores determinado? Organiza los mejores campos colombianos para abastecerse. Así, la periferia pierde un elemento clave para el desarrollo de cualquier país: la soberanía alimentaria», alegan.

«Este Sant Jordi probemos de evitar las flores kilométricas y hagamos una apuesta por las rosas locales. Los productores del Maresme nos lo agradecerán. También hay rosas ecológicas y de comercio justo. Además, pensemos si podemos coger alguna de un rosal que tengamos cerca o adquirir rosas pintadas, recicladas o hechas con materiales naturales. También podemos optar por rehuir el cucurucho de celofana que las envuelve y optar por cucuruchos de cartón o de madera», concluyen desde el Ayuntamiento de Barcelona.

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