Zidane tenía un plan para secar a Weigl

Zidane era consciente de que el juego que el Borussia Dortmund desplegara ante el Real Madrid dependía, en buena medida, del partido que completase Julian Weigl. El joven centrocampista alemán no tenía una papeleta fácil al inicio del curso, pero ha demostrado tener calidad y personalidad de sobra para ocupar ese hueco.

Tanto es así, que Zidane ya le ha echado el ojo como futurible para el equipo blanco y sabía perfectamente que en el partido de Champions podía ser un dolor de cabeza. Por eso optó por un plan para secarlo: marcaje individual, al hombre, de los de toda la vida y de los que son difíciles ver en la actualidad. Weigl pasó el casting del francés con nota. 

La misión, desde el inicio, fue encomendada a James, que tuvo que ponerse el mono de trabajo y no sólo pensar en crear juego sino que su preocupación pasaba por que Weigl no jugara cómodo y, si fuera posible, que ni siquiera se diese la vuelta con el balón en los pies.

El colombiano consiguió su objetivo en buena medida pero acabó desgastándose. El centrocampista alemán movió a su equipo con criterio y realizó un gran encuentro, algo que James no pudo aguantar los noventa minutos y tuvo que dejar su sitio a Mateo Kovacic, un jugador más acostumbrado a seguir la marca del oponente.

El croata salió con ese cometido para los últimos veinte minutos de encuentro y con la idea clara de anticiparse a Weigl siempre que fuera posible. Algo un tanto peligroso porque, si llegaba tarde, el alemán se encontraba con el campo abierto para atacar a sus anchas como ocurrió en un par de ocasiones.

El plan de Zidane funcionó aunque no tuviera un final feliz debido al postrero empate de los de Tuchel pero lo que quedó de sobra claro, es que Weigl es un jugador de presente con un futuro brillante.