Zidane no duda: Isco titular

Isco Alarcón se ha ganado, a base de fútbol y fantasía, formar parte del once inicial del Real Madrid en la final de Champions League. El centrocampista ha sido uno de los jugadores más destacados del mundo en los últimos meses y Zidane, distinguido por su coherencia a la hora de gestionar roles, no tiene dudas: el malagueño será titular en Cardiff.

Después de una campaña que comenzó como punto de inflexión de cara a su continuidad en el Real Madrid, Isco ha logrado, con el paso de los meses, convencer a todos de que el equipo blanco es mejor con él sobre el terreno de juego. Comenzando como estrella del teórico ‘Plan B’, el ’22’ cogió el tren de la titularidad después de la lesión de Bale y ha terminado por conducirlo al título de Liga, dejando aún un trayecto pendiente en Cardiff con parada final en la Duodécima.

Cabe recordar que Isco formó parte del plan inicial de Zidane a su llegada al Real Madrid. El técnico optó por un centro del campo con el de Arroyo de la Miel acompañando a Kroos y Modric, pero las necesidades cortoplacistas del proyecto hicieron que Casemiro se convirtiera en indiscutible y el internacional español fuera relegado al banquillo. Isco era el mismo jugador, pero no gozaba de la continuidad en el juego que explicara por sí sola su presencia en el once, algo que ahora se antoja indiscutible.

El plan de Zidane, como adelantó DIARIO MADRIDISTA el pasado 15 de mayo, incluye a Isco como parte del once inicial en Cardiff, como parte del 4-3-1-2 que se ha impuesto desde el aterrizaje del andaluz en la alineación. Dotado de talento a raudales y una inspiración que le permite traspasar su dominio también a lo físico, Alarcón se dejará todo en los primeros 60 minutos de partido y será uno de los candidatos a ser sustituido por Bale, aunque sin descartar su presencia en el encuentro hasta el pitido final.

El hombre de las finales

El malagueño ya sabe lo que es participar en dos finales de Champions League y gozar de un papel protagonista en ambas, aunque partiendo desde el banquillo. En Lisboa su conexión con Marcelo sirvió para desarbolar a un Atlético que acabó desquiciado y observando como el eterno final de la ciudad levantaba la Décima.

En Milán, Isco entró por Kroos, en un cambio que hizo dudar al madridismo, pero acabó sosteniendo por sí mismo en la prórroga a un equipo destrozado físicamente. Ahora le queda la más difícil, destacar en toda una final de Champions para darle la Duodécima a la afición que le rinde pleitesía cada semana.