20 de diciembre de 2014, el Real Madrid se proclamaba campeón del Mundial de Clubes por cuarta vez en su historia -tres Copas Intercontinentales. A partir de entonces comenzaría la leyenda de la escarapela maldita.
Y es que, la primera vez que este dorado escudo fue lucido en la camiseta blanca, cayeron derrotados a manos del Milan en un amistoso. Unos días después, el conjunto entrenado entonces por Carlo Ancelotti se despeñó en Mestalla en Liga truncando una racha de 22 victorias consecutivas en partido oficial. Pero aquí no se acabó la caída libre.
En la Copa del Rey quedaron eliminados en octavos de final a costa de uno de sus eternos rivales, el Atlético de Madrid, mientras que en la Champions League superaron in extremis en la misma ronda al Schalke alemán y en cuartos a su verdugo en la anterior competición mencionada para caer a las puertas de la final con la condena de los exmadridistas como era Morata en ese tiempo con la Juventus de Turín. Además en la Liga BBVA perdió una ventaja que llegó a ser de cinco puntos respecto al segundo clasificado.
Zidane siguió de cerca el desplome del Real Madrid de su compañero y amigo Carletto, y ahora como jefe del primer equipo está haciendo todo lo posible para que éste no se repita. El francés vivía por esas fechas sus primeros meses al frente del filial blanco tras ganarse esta oportunidad siendo partícipe comoayudante en el banquillo durante la temporada de la Décima, y en la actualidad será el encargado para no repetir los errores de su valedor.
Las rotaciones, clave
Para ello, Zizou ha prevenido incluso antes de la disputa del Mundial de Clubes con más trabajo físico, mejor planificación -dos jugadores por puesto- y, sobre todo, más rotaciones en este primer tercio de curso, para no tener que curar al final del mismo con otro batacazo de similar trascendencia.
Los minutos que llevan pesos pesados como Toni Kroos, Sergio Ramos o Cristiano Ronaldo a estas a altura de la campaña comparados con los que llevaban por aquél entonces dan prueba de ello.
En la temporada 2014-15, el primero de ellos terminó tieso con 4.776 minutos en los 55 partidos oficiales en los que participó. En la pasada campaña, el alemán disputó un millar menos en una tarea conjunta de Benítez primero y el propio Zidane después. En ésta, el técnico francés -y la lesión que sufrió-le han hecho completar un total de 1.700 siendo un fijo en sus esquemas.
El capitán del Real Madrid también estuvo en el dique seco varias semanas pero llegó hasta los 3.694 minutos oficiales. Ramos bajó hasta los 2.843 el curso pasado y en éste ya va por los 1.380con más de un mes perdido por lesión.
Por último, el ejemplo más claro es el de Cristiano. Pellegrini, Mourinho, Ancelotti y el propio Benítez no sentaron al portugués, cosa que sí ha hecho su predecesor Zidane. En el citado año del desastre, la estrella del Real Madrid lo jugó todo, 4828 minutos, y ya con el detalle de la temporada pasada (4292) se puede ver que los 1683 que lleva hasta el momento van por esos fueros.