Un Madrid en pruebas cae ante un rocoso PSG


Zidane estrenaba pretemporada con un once que no se parecerá demasiado al que sacará en el primer partido oficial del Real Madrid, la Supercopa del 9 de agosto. Con Keylor aún convaleciente, Kiko Casilla defendía la portería blanca. En defensa los laterales tenían color brasileño con Danilo y Marcelo, mientras que Varane y Nacho ocupaban el eje de la zaga.
Por delante, el intocable Casemiro echaba el ancla en el mediocampo escoltado por Kovacic, un futbolista que debe ganarse un sitio en el equipo en esta pretemporada. A partir de ahí, los cuatro mosqueteros españoles de Zidane: Isco y Lucas Vázquez en los costados, con Jesé y Morata, la delantera que en su día fue del Castilla, en la punta de ataque.
Pero poco, apenas un minuto y 40 segundos, tardó el Real Madrid en encajar su primer gol de la pretemporada. Fue en una jugada mitad trastabillada, mitad maradoniana de Ikone. El joven del PSG recibió en zona de tres cuartos y con un giro de chotis se fue de Casemiro. Tampoco Lucas Vázquez llegó a tapar su diagonal, así que se plantó en el área, hizo una pared involuntaria con Varane, dribló a Nacho, se fue también de Marcelo y batió a Casilla en su media salida. Fue un golazo ayudado por un fallo en cadena que demostró la falta de rodaje de los jugadores de Zidane.
El gol pilló en frío al Real Madrid, pero le espoleó para presionar arriba. Raudo respondió Isco con un disparo que se marchó desviado por poco a la derecha de Trapp. Espabilaban los blancos después de conceder al equipo de Emery un gol de ventaja nada más empezar el partido. Rascaba el PSG, un equipo que parece más prosaico que con Blanc, pero también más competitivo.
Presiona el Madrid, golpea el PSG
El Madrid dominaba el juego y el PSG se defendía con orden y sin rubor en hacer faltas, muy con el sello Emery. A los 17 minutos Kovacic, que había empezado a gobernar el partido con presencia y descaro, tuvo en sus pies el empate, pero entre Kevin Trapp y el poste evitaron a pachas el gol del croata. Los de Zidane asediaban al PSG, que apenas podía salir de su área ante la presión de los blancos.
El peligro parisino estaba en las contras, comandadas por la velocidad de Lucas Moura. Con un Madrid que defendía muy arriba, cada pérdida de balón era un susto para Casilla. Por suerte para los de Zidane, Cavani andaba con el punto de mira desviado como los presupuestos de una comunidad autónoma. Hasta la tuvo en boca de gol en el minuto 28 después de una buena maniobra de Meunier, pero Varane se interpuso en su camino.
Las malas noticias para Zidane eran que Danilo y Marcelo sufrían más que un esquimal en Sevilla y que su equipo era frío, blandito y dulce atrás como un helado de chocolate. La buena, que los mecanismos de presión colectiva del equipo eran más que apreciables. Pero a los 35 minutos apareció Meunier, el polivalente lateral belga que brilló en la Eurocopa, para sacarse un zurdazo que se coló por la escuadra derecha de Casilla. El PSG, sin balón pero con orden, le endosaba un 2-0 al Real Madrid antes del descanso. Dicho de otro modo: Emery en estado puro.
Meunier superstar
Un nuevo error colectivo en defensa le costó al Madrid el tercero. Fue una pérdida de Marcelo que cayó a los pies de este Meunier que va a dar mucho que hablar. El belga se internó en el área y su centro, mal despejado entre Varane y Casilla, volvió a sus pies, así que sólo tuvo que empujarla para firmar su particular doblete.
El Madrid no se rindió y una mano del atolondrado Aurier dentro del área al intentar cortar un pase de Isco, la convirtió en gol Marcelo al anotar el penalti. Acortaban distancias los blancos antes del descanso y Zidane salía en el segundo tiempo con once cambios. Yáñez defendía la portería, con una defensa formada por Carvajal, Lienhart, Tejero y Achraf. En el centro del campo Marcos Llorente, Febas, Odegaard y Asensio. Arriba, Enzo Zidane con libertad de movimientos y Mariano como delantero centro.
Era un once de niños que, al menos de salida, no se arrugaron ante un PSG plagado de estrellas mundiales. Presionaron con descaro, a sabiendas que tenían enfrente a uno de los equipos más potentes de Europa. Y encima se pusieron a jugar a un toque mientras el estadio coreaba y contaba los toques de balón. Fue lo mejor del Real Madrid en la noche de su estreno y lo protagonizaron los más jóvenes.
Asensio dejó detalles de su enorme calidad, con un par de diagonales que finalizó con sendos disparos altos, pero el PSG, con jugadores más hechos y expertos, se fue creciendo con el paso de los minutos. Tampoco parece un equipo que vaya a arrollar con Emery, pero sin duda va a ser un rival sólido, incómodo y difícil de ganar para cualquiera. Cavani tuvo el cuarto en el 67, pero está claro que el uruguayo no es Ibrahimovic ni de lejos.
Los niños no se arrugan
También dejó detalles Marcos Llorente, un mediocentro con presencia, equilibrio y buen toque, una especie de Busquets con más despliegue. Y Mariano, un delantero peleón y rápido, que se las tuvo tiesas con todos los defensas del PSG. Caían los minutos y los niños de Zidane aguantaban a un equipo de Emery que tenía sobre el campo la pólvora de Di María, Cavani y Ben Arfa.
Al final, el partido se acabó y el PSG se llevó la victoria ante un Real Madrid que evidenció falta de rodaje. Los de Zidane, en su estreno en la pretemporada y a falta de que se vayan incorporando los lesionados (Keylor y Benzema) y los internacionales (Ramos, Modric, James, Kroos, Pepe, Bale y Cristiano Ronaldo), todavía están en pruebas.