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Liga Santander: Real Madrid – Granada

Líder a la ruleta rusa

El Real Madrid no gana un partido tranquilo. Ni ganando 3-0 consigue que su parroquia deje el lexatin. Ante el Granada, un cantadón de Areola metió a los visitantes en el partido, se pusieron 3-2 y los blancos acabaron pidiendo la hora. James selló el 4-2 al final y no llegó la sangre al río. Los de Zidane mantienen el liderato… aunque sea a la ruleta rusa.

El Real Madrid volvía al lugar del crimen, el Bernabéu, una suerte de castigo para una plantilla que le gusta lo mismo jugar en su casa que a un niño comer verduras. Después del tropezón ante el Brujas, uno más, Zidane se aferraba a la Liga donde su equipo va líder. Sí, líder, quién lo diría a juzgar por los debates que le brotan a cada paso.

Zidane retocaba su once más por necesidad que por virtud. En la portería entraba Areola porque Courtois, aunque se le espera, no está. Una pitada que se ahorraba el belga, cuya matrícula ha sido anotada por el Bernabéu como si fuera un coche mal aparcado. En defensa sin Marcelo ni Mendy ni Nacho Zizou improvisaba con Carvajal por la banda izquierda, entraba Odriozola en la derecha y seguían en el centro Varane y Ramos, porque Militao, el defensa más caro de la historia del Real Madrid, sólo está para cuando falten uno de los dos titulares.

En el centro del campo Valverde aportaba músculo y bajaba la media de edad. Modric iba otra vez al banquillo. Los otros dos, los se siempre: Casemiro y Kroos. Arriba volvía Bale para formar esa BBH que no termina de sintonizar y en la que el lado débil, al menos hasta ahora, está siendo Hazard. Quién sabe si frente al Granada sería su partido. Veríamos.

Y pronto vimos que el Granada había salido al Bernabéu con menos complejos que Raphel con su tanga. Atrevido, intenso, presionante. Un buen equipo al que la clasificación le hace justicia. Un equipo vertical y trabajado, que raudo puso en apuros al Real Madrid.

Abrelatas Benzema

En el Bernabéu todo fue vertiginoso desde el principio. En el primer minuto los visitantes reclamaron un penalti por presunta mano de Sergio Ramos en el área blanca. No hubo tal. En la jugada de vuelta marcó Benzema tras un gran pase con el exterior de Bale. Consultado el VAR ni hubo penalti ni hubo fuera de juego, así que el Real Madrid por fin encontraba en un partido el gol antes que el fútbol. Ahora respire, querido lector.

Con el viento a favor del 1-0 se relajó el Real Madrid pero no se descompuso el Granada, que siguió asomándose a la meta de Areola. Los de Zidane respondieron con un par de contras bastante notables, una de ellas comandada por Carvajal tras una sucesión de paredes. El lateral blanco se plantó en el área visitante pero una buena salida de Rui Silva abortó el 2-0.

Bale estaba como Django: desencadenado. Campaba por la derecha como Aznar en sus tiempos: a sus anchas y sin que nadie discutiera su liderazgo. Mientras por la izquierda penaba Hazard a lo Pablo Iglesias. Así que consumióse el primer cuarto de hora de juego sin que el runrún se asomara por el Bernabéu.

Poco a poco los blancos se hicieron con los mandos del partido y rondaban el área de Rui Silva. Una falta directa de Sergio Ramos tocó en la barrera y se fue a córner en el minuto 23. Luego tuvo otra vez Carvajal un gol cantado ante Rui Silva, pero el meta del Granada achicó el espacio y sacó un pie milagroso.

Kroos, otro que cae

En plena felicidad, dos malas noticias para el Real Madrid. Una, que no terminaban de cerrar al partido. Y dos, que Kroos parecía tocado con molestias musculares. Calentaba Modric, que salió tres minutos después. El alemán es el enésimo jugador del equipo blanco que cae lesionado en el primer mes y medio de competición.

La lesión de Kroos dejó medio tocado al Real Madrid, que perdió el hilo del partido y se fue asomando al descanso cada vez más metido en su área. En otra contra pudo llegar el 2-0, pero Rui Silva lo evitó igual que el VAR evitó un posible penalti que reclamó Bale.

Y entonces, justo cuando el Bernabéu se preparaba para irse al descanso, apareció Hazard. Más vale tarde. Fue una buena presión de Fede Valverde, que recuperó el balón y, aunque a trompicones, se lo hizo llegar a Hazard. El belga aceleró, se plantó ante Rui Silva y, exigido por un defensa del Granada, se sacó un recurso imposible: una vaselina perfecta, magistral, sólo a la altura de un jugador de su nivel. Y colorín, colorado, el Real Madrid se iba 2-0 al descanso. Rima en asonante.

En la reanudación el Granada trató de coser el 2-0 y el Real Madrid siguió fiel al plan: juntos para defender y rápidos para atacar. Por si acaso estaba el coloso Areola para atajar cualquier balón que osara asomarse por su área. Pero la siesta que se estaba echando el Madrid le podía costar caro.

Frisaba el partido la hora de juego cuando el Real Madrid sentenció el partido. Fue otro robo de Fede Valverde, que rebañó una pelota suelta en el medio del campo y habilitó a Hazard en la izquierda. El belga se la puso a Modric, que sacó un derechazo violento y dirigido que se coló por la escuadra derecha de Rui Silva. Nada pudo hacer en su estirada el meta del Granada para evitar el 3-0.

Areola le da emoción al partido

Con el partido resuelto sólo el delirante y permisivo arbitraje de Jaime Latre era capaz de encender a un Bernabéu feliz. Feliz por la victoria, feliz por el liderato y feliz porque hasta Hazard marcaba y daba una asistencia. Entonces Areola le dio por darle emoción al partido. Primero con una salida en falso por alto y después porque se emocionó con un balón con el pie y acabó pegando una patada sin querer a un jugador del Granada. Penalti y gol visitante. 3-1 y un puntito de emoción para los últimos 20 minutos del duelo.

Respondió Zidane con un cambio: Isco por Hazard. El tanto espoleó al Granada e hizo titubear al Madrid, cada vez más aculado en su área. Los visitantes acumulaban córners y los locales, sustos. El Bernabéu contenía la respiración y entonces el Granada hizo el segundo. Lo marcó Domingos a la salida de un córner. Todas las alarmas sonaban a la vez por el Bernabeu. Tiro, riro, tiro, riro, tiro, riro.

El Real Madrid empezó a ser una verbena… pero sin luces. El tercer cambio de Zidane fue James por Bale. Mientras, la victoria y el liderato del equipo blanco seguía en el alambre. La pachorra de Isco puso nervioso al Bernabéu, que la tomaba con el primero que pasaba por allí. Pudo poner Benzema un punto de tranquilidad, pero lo evitó un acertadísimo Rui Silva.

Los de Zidane decidieron acabar el partido en el área del Granada, lo que agradeció el Bernabéu.. y James, que acabaría sellando el triunfo blanco y la tranquilidad del Bernabéu. Al final, el Real Madrid acabó sellando una victoria que le mantiene en el liderato, aunque sea otra vez a la ruleta rusa.