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Golpe sobre la mesa en Europa

Reacción de campeón

El Real Madrid tapó bocas en Dortmund. Muchos dudaron del equipo de Zidane tras los tres tropiezos consecutivos en Liga en el Bernabéu pero los jugadores del conjunto blanco volvieron a demostrar que no confiar en ellos es poco más que un sacrilegio. Porque el campeón dio un golpe sobre la mesa en el momento y lugar oportuno.

En la previa, muchos daban al conjunto alemán como favorito por su condición de líder en Alemania, por la supuesta inestabilidad del Real Madrid y por la maldición de Dortmund pero los de Zidane rompieron con todo tipo de pronóstico realizando el mejor partido de la temporada y llevándose una victoria por dos goles que se quedó corta. Porque pudo haber sido una goleada de las que hacen historia.

Y la verdad es que este Real Madrid en la temporada 2017-2018 siempre ha dado la talla en los partidos importantes. En la Supercopa de Europa se lució ante el Manchester de Mourinho, en el doble Clásico de la de España dio un baño al Barcelona, y en el partido más difícil disputado en Liga hasta la fecha en Anoeta ganó de forma clara a la Real Sociedad.

Antes las críticas por un supuesto mal juego, Zidane siempre dejó claro que «lo importante es tener ocasiones» y sólo había que esperar al momento en el que los jugadores madridistas consiguieran precisar el disparo. Y eso sucedió ante el Borussia Dortmund donde Cristiano y Bale se quitaron las penas después de un comienzo irregular de temporada.

El mejor partido de la temporada

Aún así el Real Madrid generó más de lo que metió. En total tuvo hasta 16 ocasiones (demasiadas para un envite de esta trascendencia) y el resultado no fue mayor por la gran actuación del meta Bürki que hizo que el partido tuviera emoción. Porque el conjunto blanco podría haber sentenciado el duelo en los primeros 20 minutos de partido.

Ante el Borussia, el Real Madrid hizo una oda a la posesión de balón, la asociación constante de jugadores, presión en campo rival y efectividad. Este duelo recordó a los de la pasada temporada en Europa donde el equipo de Zidane fue muy superior a rivales como Bayern, Atlético de Madrid o Juventus en la final.

Después de tres tropiezos consecutivos en Liga, el único equipo capaz de repetir título en Champions League calló bocas, alejó a los fantasmas y volvió a demostrar que hay plantilla para rato. La palabra crisis se ha alejado definitivamente del horizonte y el vestuario blanco vuelve a ser consciente de que sigue siendo el mejor equipo del mundo.