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JUEGOS OLÍMPICOS DE RÍO 2016: TENIS

Rafa Nadal pierde el bronce en la pista pero gana el oro en nuestro corazón

  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

Rafa Nadal se quedó sin bronce en la pista, pero ganó algo mucho más importante: el oro en nuestros corazones y el respeto de todo el mundo. El tenista español, exhausto tras la semifinal con Del Potro, dio la cara en otro duelo memorable ante Nishikori, que se impuso por 6-2, 6-7 y 6-3.

Rafa Nadal comenzó el partido como un tiro mientras que Nishikori, que salió un poco torrija, no sabía por dónde le venían los palos. El español se puso 1-0 sin despeinarse. Espabiló el japonés con su saque para poner el 1-1. Rafa buscaba cerrar los puntos por la vía rápida, porque no le interesaba un partido largo después de la paliza con Del Potro. Sufrió Nadal en el tercer juego para mantener su servicio, pero lo logró a la cuarta ventaja después de tres buenos saques y dos puntazos de altura.

El duelo iba ganando nivel, con un Nishikori que empezaba a parecerse a ese jugador con un tenis imprevisible y letal y con un Nadal en modo Nadal. El japonés volvió a mantener su saque con solvencia para poner el 2-2. Volvía a sacar Rafa y volvía a sufrir. Nishikori se puso con tres bolas de break y aprovechó la segunda. 3-2 en contra. Nadal empezaba a sentirse pesado de piernas y llegaba un poco tarde a las bolas. Consolidó el japonés el break con su saque, mientras Rafa Nadal empezaba a evidenciar síntomas de fatiga y cometía errores poco habituales en su tenis. 4-2 después de seis juegos.

Apretaba el calor. Chorreaba Nadal. Nishikori se refugiaba en un centímetro de sombra. El partido tenía muy mala pinta, porque Rafa no encontraba ni las piernas ni la muñeca. Rafa concedió otras cinco bolas de break, salvó cuatro, pero no pudo con la quinta, después de una dejada del japonés a la que el cansancio le impidió llegar. 5-2 y dos roturas de ventaja para Nishikori. Con su servicio, cerró el set para evitar una resurrección de Nadal.

A Rafa le tocaba remar contracorriente, pero no sentía los brazos. Ni las piernas. Sufrió como un campeón para salvar su servicio después de tres ventajas y cerrar el 1-0 con un ace. Nadal intentaba animarse porque para él la derrota nunca fue una opción. El público iba con Rafa y estalló de jubiló después de una volea estratosférica de revés en el arranque del segundo juego al saque de Nishikori. Nadal tuvo entonces su primera bola de break del partido. No la aprovechó con un resto que se quedó en la cinta. El nipón salvó el 1-1.

Exhausto Nadal

Nadal volvía a sacar y otra vez cedió el break. Nishikori, más fresco, más suelto y más agresivo, no dio opción al español y se puso 1-2. La cara de Rafa era la viva imagen de la impotencia y del agotamiento. Demasiados días, demasiados sets, demasiados sobreesfuerzos, demasiadas emociones después de dos meses sin competir. El japonés consolidó el break, jugando suelto y con viento a favor, para acariciar el bronce. 3-1 en el segundo set.

Un arranque de orgullo y talento permitió a Nadal firmar su segundo juego y acortar el marcador al 3-2, pero Nishikori se reservaba ya sólo para conservar su saque. Lo hizo sin apuros para cerrar el 4-2. Tenía el partido en su mano y Rafa no daba síntomas más que de querer terminar con un sufrimiento inhumano. Nadal no podía dar un raquetazo más, pero se negaba a retirarse. Su vergüenza torera y su orgullo de campeón no se lo permiten. Concedió otras dos bolas de break y sólo pudo salvar una. 5-2 y el bronce a tiro de un saque de Nishikori.

Al japonés se le encogió el brazo y concedió tres bolas de break a Nadal, que aprovechó la tercera en un arranque de orgullo a pesar de no poder correr a por las bolas. Con el saque de Rafa, el español puso el 5-4 casi con su último aliento. Y entonces Nadal se agigantó y Nishikori se volvió un pigmeo. El español, sin fuertas, tieso, agotado, rompió el saque del japonés y se puso 5-5. ¿Saben por qué? PORQUE RAFA NUNCA SE RINDE.

La resurrección de Rafa

Nadal no podía ni con su alma pero no quería rendirse. Como un torero, sin mover las zapatillas, intentaba salvar los puntos. Su cuerpo pedía un descanso, pero su mente quería seguir sufriendo. Salvó una bola de break y se puso 6-5. Cuatro juegos seguidos después de muerto, como El Cid con raqueta. Rafa obligaba a Nishikori a llevar el set al tie-break si no quería irse al tercero. El japonés lo hizo, pero en la muerte súbita Nadal volvió a resucitar para sacar sus mejores golpes. Porque NADAL NUNCA SE RINDE. Ganó un set imposible y, como si fuera masoquista, llevó el partido al tercer set. Impresionante Rafa.

Entonces Nishikori se puso a preparar shushi en el vestuario con la complacencia del árbitro brasileño archienemigo de Nadal. A su vuelta, se ganó el abucheo del público por un parón ilegal. La triquiñuela desquició a Rafa, que cedió el primer juego del set definitivo. Pero Nadal, perdón por ser pesado, no iba a rendirse. Además, ahora estaba picado con el árbitro y con el japonés. Así que salvó su servicio y puso el 1-1. También Nishikori, que había recuperado la confianza en su derecha.

Bronca, orgullo y derrota

Rafa Nadal se dejaba la vida en cada punto, pero iba a remolque ahora. Nishikori ya sólo buscaba desquiciar a Rafa con pelotazos al cuerpo. Lo consiguió y cerró el 3-1 a su favor, con el español en plena batalla contra el árbitro. Se había ido del partido y eso podía ser mortal para Rafa. El japonés cerró el 4-1 con servicios muy sólidos, uno de ellos al cuerpo de Nadal. El partido volvía ser un Everest para el español. Pero Rafa sacó toda su rabia y todo su tenis para salvar el 4-2.

Le tocaba sacar a Nishikori, al que sus tácticas de samurai le estaban dando resultado. Pero le volvía a temblar la mano y metía a Nadal en el partido. El japonés salvó el 15-40 con un gran punto y ganó su servicio. 5-2 y la medalla (otra vez) en su mano. Nadal ya no podía más, pero aguantó su saque para poner el 5-3. Nishikori sacaba para ganar y, esta vez sí, supo cerrar el partido y quedarse con la medalla.

Al final, Nadal se quedó sin bronce en la pista, PERO HA GANADO EL ORO EN NUESTROS CORAZONES. Rafa, eres nuestro héroe.