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El esloveno se impuso al sprint a Roglic; Landa y Mas, a escasos segundos

Pogacar triunfa en el Grand Colombier y Nairo y Bernal se despiden del Tour

Tadej Pogacar se proclamó vencedor de la decimoquinta etapa del Tour de Francia, con final en la Grand Colombiéré, por delante del líder Primoz Roglic. Egan Bernal y Nairo Quintana explotaron y quedan fuera de la lucha por la general

  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

Tadej Pogacar se proclamó vencedor de la decimoquinta etapa del Tour de Francia, con final en la Grand Colombier, en un día durísimo para los corredores de la general y en el que Egan Bernal y Nairo Quintana se despidieron de sus opciones en la clasificación general, tras explotar en el último puerto. Pogacar se impuso en el sprint final a Roglic, que continuará como líder una jornada más y confirma a Eslovenia como la gran dominadora de la carrera. Los españoles fueron mayoría entre los favoritos en la subida final, con un Mas que hace honor a su apellido y va hacia arriba según avanzan los días, Valverde que tres cuartos de lo mismo y Landa, quien sigue codeandose con los capos pero parece con un punto menos de lo ideal.

Con dos semanas de competición ya completadas, el Tour de Francia seguía abierto en todas sus luchas. Roglic y Pogacar apuntaban a un duelo épico por la general, con Bernal, Landa, Porte o Quintana de outsiders y líderes de un numeroso grupo de aspirantes al podio y al Top 5. El maillot verde más disputado de la historia brindaría una pelea de día a día entre Bennett y Sagan, y la montaña estaba sin dominador ni luchadores claro por el maillot a lunares. La Colombier, y los previos La Selle de Fromentel y La Biche, comenzarían a resolver todas las dudas que depara la Grande Boucle.

Era una jornada para aspirantes a todo, y uno de los que podía asomar para la etapa, Sergio Higuita, vivía el infortunio en sus propias carnes y se tenía que retirar tras una maniobra tan involuntaria como peligrosa de Jungels, que provocó su caída. Colombia empezaba con mal pie perdiendo a su campeón, pero las cosas aún podían caer más.

La fuga, con Rolland y Herrada como principales candidatos, no fue realmente escapada con opciones en ningún momento, aunque los valientes pujaron con todas sus fuerzas hasta su neutralización. Pasaron la Selle, con Herrada en cabeza, y la Biche, donde Rolland se marchaba destacado. Por detrás, Jumbo marcaba un ritmo constante y de desgaste hasta la llegada del final de la etapa de mayor dureza de lo que va de Tour.

Adiós a Nairo y Bernal

La Colombiéré llegaba con sus 17 kilómetros de ascensión y tras solo cuatro, las dos primeras sorpresas, ambas mayúsculas. Nairo Quintana y el vigente campeón, Egan Bernal, explotaban sin que Jumbo mostrara sus mejores cartas en cabeza de pelotón. Crisis para ambos antes de tiempo, mostrando que su preparación no era la óptima, agravada por sendas molestias físicas.

Se confirmaba que el problema de Nairo no era Movistar, y que Movistar, sin Nairo, va de menos a más. Excelente etapa, con Soler y Verona secundando a unos brillantes Mas y Valverde, en claro ascenso de sus estados de forma. Landa dejaba más dudas, pero a falta de 4 kilómetros, el grupo seguía siendo demasiado numeroso como para abrir grandes diferencias.

Pogacar, el más fuerte; Dudas para Landa

El día D para los ataques se había convertido en una marcha, dura marcha, en busca de la meta. Sólo Yates se había movido y Dumoulin interceptaba sin aparentes problemas, y la última rampa, a la que su dureza de por sí le iba a sumar la fatiga de los corredores, marcaría el vencedor y las diferencias. Atacó Richie Porte, y se marchó junto a los eslovenos Roglic y Pogacar, con un puntito más que la segunda juventud del australiano. Pogacar, más joven y algo más explosivo que el líder, se imponía en su segundo parcial en el Tour, mientras Porte, López, Landa y Urán, en ese orden, junto a Mas y Yates y con sensibles diferencias entraban para desmarcarse en una lucha por el tercer puesto que se presume tan emocionante como la de la victoria.