«Este equipo nunca se rinde»
«Este equipo nunca se rinde». Con estas cinco palabras se resume el recadito de la plantilla del Real Madrid para todos los que dudaron de ellos a las primeras de cambio. Los dos pinchazos consecutivos en el Bernabéu ante el Valencia y el Levante hicieron saltar las alarmas y abrir el cajón de las críticas. Futbolistas en el punto de mira, pitos para algunos en la grada y dudas sobre una plantilla a prueba de críticas.
Como siempre, el Real Madrid de Zidane ofreció su mejor versión en el momento más complicado. La visita a Anoeta era una trampa mortal. Una derrota habría colocado al campeón casi contra las cuerdas y con una desventaja con el Barça de siete puntos. No hubo tal. «Hemos dado un puñetazo en la mesa y hemos demostrado que este equipo tiene crédito de sobra», aseguraba a DIARIO MADRIDISTA uno de los capitanes del equipo blanco.
En el vestuario blanco nunca hubo dudas. Y caló en seguida el mensaje de Zidane y los capitanes en vísperas de visitar San Sebastián: «Hay que espabilar ya». Y lo hicieron. El Real Madrid volvió a parecerse en Anoeta al equipo poderoso y arrollador del mes de agosto, disipando de un plumazo (o de un partidazo) todas las dudas surgidas por sus últimas actuaciones como local.
«No nos vamos a rendir, vamos a seguir peleando en cada partido porque los títulos no se ganan en septiembre, se ganan en mayo», aseguran en el vestuario madridista. La explosión de Borja Mayoral como primer espada demuestra que Zidane tiene un recambio de lujo arriba. Además, el golazo de Bale también zanja los debates ficticios en torno a la figura del galés.
El vestuario del Real Madrid vuelve a sonreír. Han superado el mini-bache de los dos empates y, lo más importante, han recuperado las sensaciones y el fútbol. «El partido de Anoeta nos tiene que servir como ejemplo para continuar en esa línea», aseguran los futbolistas.