Roures acumula varios escándalos

Mediapro, en la puerta de salida del negocio de los derechos del fútbol

jaume roures
Jaume Roures, gestor de Mediapro.
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

Mediapro vive una situación complicada que podría desembocar en su salida del negocio de la venta de derechos audiovisuales del fútbol. El grupo audiovisual liderado por Jaume Roures ha sufrido dos batacazos en los últimos concursos en los que participó en Italia y Francia. Su imagen y su reputación, como es lógico, han quedado a niveles ínfimos de credibilidad hasta el punto que la UEFA podría vetarles para su próximo concurso de derechos audiovisuales de la Champions League.

En el país italiano, Mediapro ganó el concurso a medios de 2018 para gestionar los derechos televisivos a cambio de 3.150 millones de euros por tres temporadas. Cuando los rectores de la Serie A –donde por cierto ese mismo año sonó Tebas como Consejero Delegado– fueron a preguntar por garantías de pago se encontraron con que Roures decía que no había, que tenían que creerle y que nunca había dejado de pagar nunca unos derechos audiovisuales.

Los transalpinos no dudaron ni un segundo no creyendo al operador catalán porque se olían que querían perpetrar el clásico plan de Roures. La hoja de ruta del empresario catalán incluía inflar la puja ante operadores como Sky o Mediaset –como hacen en España con Telefónica–, luego revender los derechos televisivos, quedarse con la producción televisiva y ganar mucho dinero por los servicios de intermediación.

Los clubes italianos fueron listos, a diferencia de los franceses, diciendo que no a las promesas de un Roures que no presentó ni una garantía de pago y como consecuencia judicializó todo el proceso. Resulta curioso que en ese mismo 2018, concretamente en mayo, el empresario catalán ganó otro concurso de derechos televisivos jugoso en Europa como el de la Liga Francesa arrebatando a Canal+ un contrato que habían gestionado desde 1984. Los franceses tienen un proceso judicial abierto con ellos por «inflar los precios».

Pero vamos al quid de la cuestión. La LFP francesa aceptó en ese momento firmar con Mediapro de 2020 a 2024 tras alcanzar un acuerdo de para pagar 3.200 millones de euros por cuatro temporadas y sin ningún tipo de aval. El contrato ha entrado en vigor hace escasas semanas y Roures ya ha faltado al pago de una cuota de 172 millones de euros que ha puesto en jaque a la competición y al deporte francés en general con el Gobierno de la nación tomando cartas en el asunto.

El empresario catalán quiere renegociar el precio de unos derechos en los que infló ostensiblemente el precio pensando que los perdedores del concurso –Canal+ y BeIN Sports– pagarían lo que fuese necesario para seguir dando el fútbol. El problema con que se ha encontrado Roures es que ese cebo que tan bien le ha funcionado en España no ha colado en el extranjero y si nadie te recompra los derechos y tienes que hacer negocio el riesgo es mucho mayor.

Roures se ha excusado afirmando que sólo ha podido conseguir el 15% de los suscriptores que tenía previsto y señala que la pandemia del coronavirus es la culpable de que no la gente no haya comprado su producto. No es la misma versión que el empresario catalán daba hace seis meses cuando los anteriores operadores se negaron a pagar el resto de la Ligue 1 francesa por haber quedado suspendida la competición por el coronavirus. «Son Canal y BeIN quienes tienen dificultades. No pagan. ¿Quién puede decir que le debo un centavo? Esta es la realidad. Todo lo demás es especulación. Son historias que Canal y beIN cuentan sobre nosotros», se defendió.

La UEFA les ha cogido la matrícula

El tiempo, sin embargo, ha dado la razón a quienes creían que el empresario catalán se ha pasado de listo inflando pujas sistemáticamente. La factura por la LFP puede salirle más cara de lo previsto a un Roures que no es bien visto en el resto de ligas europeas e incluso en una UEFA que puede verse obligada a no aceptar su puja por los futuros derechos de la Champions League, que se conceden el próximo 27 de noviembre para el periodo de 2021 a 2024, tras ser acusado de moroso en Francia. ¿Se imaginan a la UEFA aceptando una oferta de un operador con una gran deuda con una Liga de su entorno?

Roures se está mentalizando porque sabe que su recorrido en el negocio de los derechos televisivos ha llegado a la línea de meta. El empresario catalán no sólo parece acabado en Italia y Francia, sino que también en España su credibilidad se tambalea después de que la Federación Española de Fútbol no le permitiese participar en la puja por los derechos televisivos de la Copa del Rey y de la Supercopa de España. Mediapro fue condenada en 2018 por pagar sobornos a directivos de la FIFA y se les impuso una multa de 20 millones. A Mediapro se le acaban los negocios dentro del mundo del fútbol. Comercializar los derechos internacionales de la Liga de su amigo Tebas parece su única fuente rentable.

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