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Selección Española de fútbol

Luis Enrique, un sargento para España

"Queremos una persona de carácter, que se imponga en el vestuario. Buscamos un líder", fueron las palabras de Rubiales en rueda de prensa

Con la contratación de Luis Enrique, la RFEF apuesta por en seleccionador español de mucho carácter que siempre pide el máximo a sus jugadores

«Queremos una persona de carácter, que se imponga en el vestuario. Buscamos un líder». De esta forma definía Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol, al que sería el nuevo seleccionador durante la presentación de José Francisco Molina como nuevo director deportivo. Una reflexión del jefe del fútbol español que encaja perfectamente en la figura del que finalmente ha sido el elegido, Luis Enrique Martínez.

La RFEF ha apostado por el técnico asturiano para resucitar a un combinado deprimido que suma tres fracasos consecutivos. Tanto Rubiales como Molina querían un entrenador de tronío, un hombre sin pelos en la lengua que fuera capaz de acometer todos los cambios que necesita un bloque que se ha olvidado de ganar. En definitiva, un nuevo Luis Aragonés.

Luis Enrique es un tipo de carácter acentuado. Lo demostró en la Roma, donde llegó a tener problemas con Totti, en el Celta y, sobre todo, en el Barcelona. Tres años de mano de hierro con todo lo que rodeaba a la entidad. Los periodistas pueden dar buena cuenta de ello. Cada rueda de prensa se convertía en una guerra entre los comunicadores y el propio entrenador. Si no le gustaba una pregunta lo iba a hacer saber. Sin importarle las formas. Rozando, en muchos casos, la poca educación. Si lo piensa, lo suelta y se queda tan a gusto.

El nuevo seleccionador no vive pensando en el que dirán. Los periodistas no le importan nada, los directivos lo justo y lo jugadores no le van a ningunear. Pero de puertas hacia adentro es un hombre de club. La gran mayoría de jugadores le acogen con los brazos abiertos al principio, aunque su forma de ser, su exigencia llevada al límite, provoca que la relación con algunos se debilite. Es lo que pasó con Jordi Alba en el Barcelona, uno de los problemas que tendrá que acometer a su llegada a la selección española. La Federación ha apostado por un entrenador con un carácter muy particular y alejado de convencionalismos.

Luis Enrique sabe perfectamente como funciona la Selección. En su etapa como jugador fue 62 veces internacional y anotó 12 goles. Participó en los Juegos Olímpicos de Barcelona, donde logró el oro, en la Eurocopa de 1996 y en los Mundiales de 1994, 1998 y 2002. Además, dejó una de las imágenes más dolorosas de nuestro fútbol cuando en el campeonato del mundo de Estados Unidos, Tassotti le rompía la nariz. El árbitro no sancionó la acción y el combinado nacional terminaría cayendo frente a Italia en cuartos del final.