Lenglet y Joao Félix, caminos y realidades antagónicos

Aterriza el Atlético de Madrid en Barcelona con el impulso del coliderato liguero, aunque algo diezmado por el peso de la historia, la que dice que los rojiblancos llevan 18 años sin ganar en la Ciudad Condal. El puente aéreo entre Madrid y Barcelona es una vía históricamente transitada. Joao Félix y Lenglet, con rutas y realidades opuestas, han sido los últimos en trazarla.

Muchos aficionados se echaron las manos a la cabeza el día que el Atlético de Madrid anuncio el fichaje de Clement Lenglet cuando agonizaba el mercado de fichajes. Argumentos tenían, pues el central francés arribaba en la capital española tras un Erasmus irregular en Inglaterra, especialmente en las filas del Tottenham, y una estancia llena de altibajos durante su cuatro temporadas en Barcelona.

Las dos primeras fueron notables, mostró el rendimiento exhibido en el Sevilla y justificó su fichaje por la entidad azulgrana. Pero a las dos restantes le siguió una concatenación de errores de bulto y expulsiones que desembocaron en una falta de confianza en sí mismo que le relegó al banquillo. Bajo las órdenes de Koeman jugó con asiduidad, pero Xavi le rebajó el protagonismo. Para el aficionado del Atlético esa fue la carta de presentación con la que arribó el central francés en Madrid.

En los despachos rojiblancos la sensación era distinta. Se daba por buena una operación que únicamente le costó tres millones fijos y uno por objetivos de fácil cumplimiento. Así se incorporó el galo a la disciplina colchonera en el Cerro del Espino. Más le costó cambiar el escenario por el Metropolitano. Tardó diez jornadas en debutar y once hasta hacerlo en el feudo rojiblanco. Ya saben, la mili cholista.

En cualquier caso, su puesta de largo fue una prueba de fuego. En Anoeta antela Real Sociedad. El galo compitió y dejó una notable imagen que reprodujo en el siguiente partido ante el Leganés. De nuevo titular y de nuevo con buenas sensaciones en el juego. Se marchó tocado y se ausentó tres encuentros.

Lenglet y Joao Félix, opuestos

Reapareció ante Las Palmas, otra vez fue de la partida y otra vez cuajó un partido consistente, de central puro. Sólido en los choques, contundente en los cruces y con confianza en sí mismo. A sus 29 años, todavía le quedan años de fútbol.  Completó el encuentro, realizó 2 intercepciones y un tackle con un 87% de precisión en los pases, y fue vencedor de seis duelos.

A ello le siguió la titularidad contra el PSG, Alavés, Sparta de Praga, Real Valladolid, Sevilla, Slovan Bratislava y Getafe. Con dos goles por el camino, en la goleada frente el conjunto pucelano y acudió al rescate para evitar que la eliminatoria contra el Cacereño acaba en una catástrofe de esas que acaba en «-azo».

Regresa Lenglet a Barcelona con un papel diferente al que dejó en la Ciudad Condal. Titular en el eje de un equipo que se pondría líder de la Liga si sale victorioso de Montjuic. Su trabajo, silencioso pero incesante, ha desembocado en titularidad indiscutible tras ocho jornadas realizando la mili cholista, una que nunca terminó de aprobar Joao Félix.

El portugués, enquistado con Simeone, emigró a Barcelona en busca de la continuidad que nunca encontró como rojiblanco. Tampoco la halló como azulgrana. Xavi, al que nunca convenció del todo, le relegó al banquillo. El mismo lugar que habita en Londres como jugador del Chelsea, todavía sin hacerse indiscutible en el once. Lenglet y Joao Félix, rutas y realidades opuestas.