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Kovacic se ganó la ovación: preciso en el toque, hábil en la conducción e incesante en la presión

Zidane ya había anunciado en la previa del partido que Mateo Kovacic sería titular. El entrenador francés, consciente de que el Athletic no iba a regalar la posesión del balón y de que Isco había iniciado todos los partidos desde su llegada, optó por dar entrada al croata en la medular. Su presencia fue acierto. Sin hacer ruido volvió a firmar un partido completísimo en todas las facetas del juego.

Kovacic se incrustó en la línea de tres del centro del campo junto a Kroos y Modric. Mientras que el alemán, como es habitual, actuó de pivote central y Luka en el costado derecho, el ex del Inter se posicionó en el izquierdo.

Kovacic se posicionó en una línea de tres en el medio.

Su presencia en el juego es más que notable. Kovacic se caracteriza por su toque de balón, casi siempre de primeras, en corto y con una entrega precisa. No soba la pelota. Control y pase, lo que facilita un juego rápido y fluido. Y cuando un jugador del Real Madrid no sabe que hacer, ahí está Mateo para ofrecerse y resolver el problema. No era fácil dada la presión ejercida por los hombres de Valverde, pero aún así no falló. De hecho, cuando fue sustituido en el minuto 72 por Isco había intervenido en el juego más de que Kroos y Modric (en 90 ocasiones), había dado más pases (75) y su porcentaje de acierto estuvo a la altura de sus compañeros (89%).

Conducción y presión

El centrocampista croata comparte con Isco su gusto por el buen trato al balón, pero aporta dos conceptos que de los que no puede presumir el malagueño. El primero es la conducción vertical con el balón. En más de una ocasión se pudo ver a Kovacic agarrar el balón, levantar la cabeza y enfilar el área rival en carrera. Es un jugador nada lento y capaz de romper líneas con el balón pegado al pie lo que abre un elenco de opciones de cara al remate a portería final.

Kovacic ocupaba el espacio libre en la mediapunta.

Kovacic llegaba al ataque conduciendo el balón.

El segundo es la incesante presión de Kovacic. Obedeciendo las órdenes de Zidane en la recuperación de balón en el campo rival, el croata no dudó en abandonar su posición en la medular para lanzarse en busca del robo en la salida del Athletic.

Kovacic, muy importante en la labor de recuperación de balón.

Kovacic se marchó ovacionado por el Bernabéu. Las palmas sonaron cuando el croata abandonó el terreno de juego tras un gran partido en el que sólo le faltó el gol. Dispuso de alguna ocasión. Remató en cuatro ocasiones contra la portería de Iraizoz, la más clara en el 21 de la segunda parte, pero disparo con la derecha que se marchó por poco.

Ahora Zidane deberá elegir para el partido de Roma. La magia de Isco o el trabajo silencioso de Kovacic.