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Atlético - Copenhague: Europa League

Gameiro saca pecho en el trámite rojiblanco (1-0)

El Atlético de Madrid se impuso por 1-0 al Copenhague en un partido de mero trámite para los rojiblancos gracias a un gol de Gameiro que permite a los del Cholo Simeone estar en los octavos de final de la Europa League. La afición colchonera mostró su apoyo, a partes iguales, al Cholo Simeone y a Fernando Torres con una sonora ovación para ambos.

El Cholo Simeone salió con lo esperado, salvo con el cambio de última hora de Yannick Carrasco, que tiene pie y medio en la Superliga china. Con Oblak bajo palos, y Juanfran, Giménez, Godín y el canterano Sergi en la defensa, el Atlético trataría de no permitir ni un atisbo de esperanza al Copenhague para que se metiera en la eliminatoria. Koke y Gabi ocuparían el mediocentro y Vitolo aparecería en banda, siendo la otra para Ángel Correa, que es la novedad al sustituir al fino extremo belga. La delantera sería para un Gameiro que en las últimas semanas ha estado on fire y para Fernando Torres, que llega en plena guerra fría con el técnico argentino.

El Atlético de Madrid saltó al terreno de juego con seriedad, no querían posibles sustos a pesar de que la eliminatoria estaba más que sentenciada. Tres cuartos de entrada en un Metropolitano que seguía dándole vueltas a la polémica que gira en torno al Cholo Simone y a Fernando Torres, a los cuales les dedicaron una ovación similar cuando sus nombres sonaban por megafonía.

Esa seriedad con la que saltó lo que podría denominarse como la segunda unidad, salvo algunas excepciones, se tradujo a los siete minutos con el primer gol de los rojiblancos. Una bonita jugada entre Correa y Juanfran terminó con Angelito asistiendo a Gameiro, que desde la frontal del área se sacó un latigazo con su pierna izquierda para mandarla al fondo de la red y meter al público en calor.

Un calor que la afición del Copenhague trajo en la maleta desde Dinamarca. Ni el gol del galo hizo que la hinchada danesa cesara en sus cánticos, que también encontraban respuesta en los seguidores colchoneros. Un «ole, ole ole, Cholo Simeone» y el mítico «Fernando Torres lolo» siguieron demostrando que en la parroquia del Atlético de Madrid no hay fricciones, ni fisuras, ni nada capaz de evitar que todos vayan a una.

Torres, en busca del gol

Tras el gol, con la clasificación en la mano y con la Liga en juego, el Atlético bajó un pistón que no le impidió seguir siendo superior a un rival que quería dejar el Metropolitano y la competición con la cabeza alta. Los rojiblancos, liderados por un Ángel Correa excelso en ataque, buscaban el segundo gol. Especialmente, Fernando Torres. El delantero de Fuenlabrada buscaba reivindicarse y qué mejor forma que como lo hacen los delanteros, con un gol. Lo rozó con un cabezazo desde el punto de penalti pero su remate se perdió por línea de fondo.

Al descanso, el Cholo Simeone decidió dar un poco de refresco al centro del campo y dosificar los esfuerzos de su equipo, los problemas de tener una plantilla corta para afrontar la recta final de la temporada. Koke dejaba el campo y era Saúl el que entraba para ocupar su puesto en el campo. Sobre el verde se continuaba el mismo guión del primer tiempo. Un Atlético en segunda que era superior al Copenhague, aunque los daneses obligaron a Oblak a hacer varias intervenciones, pero muy sencillas para el esloveno.

Ángel Correa dejaba el campo con media hora por delante al ser sustituido por un Nico Gaitán al que le podría beneficiar la salida de Yannick Carrasco. El ex del Benfica volvía a sentirse futbolista de nuevo después de pasar varios meses en el ostracismo. Se le presentaba la enésima oportunidad y esta vez no la desaprovechó. Trabajó y peleó, como también hay que destacar a Vitolo y Torres en este aspecto.

El Atlético rozó el segundo de los pies de Gameiro tras un buen pase de Nico Gaitán, pero el francés no pudo perforar de nuevo la red del Copenhague. El francés fue el tercer y último cambio del Cholo Simeone, dejando a Torres solo en punta y metiendo a Thomas para ayudar y quitar trabajo a Saúl y Gabi con la mirada puesta en el choque del fin de semana ante el Sevilla.

Desconexión rojiblanca

El partido continuó disputándose porque es lo que había que hacer. Sin nada en juego, poca emoción y con la eliminatoria resuelta era un mero trámite que había que superar para estar en los octavos de final de la Europa League. Una eliminatoria plácida en general, sentenciada con el 1-4 en el choque de ida en tierras vikingas

Los del Cholo Simeone bajaron aún más el ritmo, provocando más llegadas para el conjunto danés, que buscaban maquillar el resultado y no contar por derrotas los duelos en los que se ha medido al Atlético de Madrid. El fútbol se fue diluyendo, como el público en las gradas del Metropolitano, que veían más interesante tomarse un café caliente en casa que ver los últimos minutos del choque. La permisividad en el centro del campo obligaba a que Giménez y Godín tuviesen más trabajo, pero el coraje uruguayo no entiende de tranquilidad. La pareja charrúa desarticuló una y otra vez las arremetidas del Copenhague, permitiendo que los colchoneros vencieran por 1-0.