«Esto es un toque de atención»

El Sevilla le sacó los colores al Real Madrid este pasado miércoles en el Sánchez Pizjuán. El 3-0 escuece muchísimo porque el conjunto blanco tenía la oportunidad de colocarse líder en solitario tras el pinchazo del Barcelona en Butarque, y también duele porque el equipo vuelve a hacer aguas a domicilio ante un rival importante. Julen Lopetegui todavía tiene mucho trabajo por delante para conseguir un Real Madrid firme, sólido y fiable. Pero los que también se tienen que poner las pilas son los jugadores.

La plantilla es consciente de que debe dar mucho más, y tras la debacle del Pizjuán se hizo autocrítica en el vestuario merengue. «No nos podemos creer que vamos a ganar los partidos paseando», dijeron de puertas para adentro algunos de los pesos pesados del Real Madrid. Y es que el conjunto merengue saltó al estadio hispalense sin tensión, sin intensidad, a verlas venir. Y el Sevilla lo aprovechó para dejar el partido resuelto en una primera parte para olvidar por parte del equipo blanco.

Medio partido «regalado»

El propio Casemiro lo reconocía tras el partido. El brasileño no se mordió la lengua y dijo que habían «regalado la primera parte». Y ese es el sentir de toda la plantilla del Real Madrid. Todavía es pronto, la temporada está empezando y todo está muy igualado, pero si el equipo dirigido por Lopetegui quiere pelear por la Liga, deben ser más regulares, deben exigirse al cien por cien y darlo todo en todos los partidos porque los tres puntos valen igual en el Pizjuán que en Montilivi y que en el Bernabéu. El campeonato doméstico es una carrera de fondo y naufragios como el de este miércoles ante el Sevilla son los que te hacen perder la Liga.

Lo único positivo puede ser la cercanía del derbi madrileño. Positivo en función de qué cara ofrezca el Real Madrid ante el Atlético, pues si consigue ganar se disiparán muchas dudas, pero si vuelve a tropezar este sábado en el Bernabéu empezarán a saltar las alarmas…