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Superó a Tsitsipas en la final (6-0, 7-6)

Djokovic conquista Roma y mete miedo para Roland Garros

Novak Djokovic se proclamó campeón del Masters 1000 de Roma tras vencer a Stefanos Tsitsipas en la final (6-0, 7-6)

Djokovic suma su victoria 1.000 y jugará la final de Roma contra Tsitsipas

  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

Novak Djokovic vuelve a ganar y mete miedo de cara a Roland Garros. Después de su buena labor en Madrid, al número uno del mundo no se le escapó su sexto entorchado de campeón en el Masters 1000 de Roma, en el que venció en la final a Stefanos Tsitsipas (6-0, 7-6). Nole mostró una versión mortal en un primer parcial cerrado con un incontestable rosco en el que también ayudó su desconectado rival y se puso el mono de trabajo, ya con el griego de vuelta, en el segundo para confirmar el título en el tie-break.

A una semana del comienzo de Roland Garros, Djokovic confirma que ha llegado a su 100%. Le ha costado un 2022 de sequía sin títulos –no ganaba desde París-Bercy 2021– pero Nole podrá defender el título en la arcilla francesa como gran candidato al título, con permiso de Carlos Alcaraz. No en vano, su despliegue en Roma así lo atestigua y ante Tsitsipas, teóricamente el hueso más duro de la semana, el número uno del mundo se comportó como tal para cerrar la final en poco más de una hora y media.

No dio la talla Tsitsipas en un primer set para olvidar, en el que Djokovic jugó con él y no le permitió hacer un solo juego, preso de los constantes errores técnicos y de toma de decisiones. El 6-0 se explicaba solo y vaticinaba una final sencilla para el favorito, pero Stefanos despertaría a tiempo para ponerle picante al asunto.

Tsitsipas llegó incluso a adelantarse con un break a favor en el segundo set pero en el momento en el que pudo cerrar la segunda manga y colocar el empate parcial en el luminoso, sus dudas y la mejor versión de Djokovic se unían para devolver la igualdad en un segundo set que se decidiría en el tie-break.

Segurísimo de sí mismo, sobre todo con el servicio, Djokovic utilizó la estrategia de mover a Tsitsipas hasta hacerle golpear descolocado, sobre todo de revés, y provocando los fallos que le otorgarían una mínima ventaja decisiva para acabar con el encuentro y confirmar su sexta corona como emperador romano… a una semana de Roland Garros.