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CHAMPIONS LEAGUE: ARSENAL VS BAYERN

El Bayern asusta: manotazo a Wenger y a cuartos

El Bayern de Múnich ha certificado su clasificación para los cuartos de final de la Liga de Campeones al arrollar (1-5) al Arsenal en un duelo dominado claramente por el conjunto bávaro, pese al mejor comienzo de los locales que llegaron a adelantarse gracias a un buen Walcott, pero que pagaron cara la expulsión por roja directa de Koscielny y terminaron siendo goleados -repitiendo el resultado de la ida-, hundiéndose en su mal momento de forma y haciendo brotar de nuevo los fantasmas de octavos de final.

Como ya ocurriese en las últimas eliminatorias entre ambos conjuntos (2005, 2013 y 2014), el equipo germano consiguió clasificarse sin mayores apuros para la siguiente fase de la máxima competición europea a costa de un Arsenal deprimido y de un Wenger que vuelve a tropezar en la misma piedra.

De esta forma, el Bayern volvió a erigirse en su verdugo habitual y dejó en la cuneta continental por séptima vez consecutiva en la ronda de octavos de final a los ‘gunners’, en una maldición que ya dura demasiadas campañas. Los germanos demostraron una vez más su pegada, continuando con una racha de encuentros sin conocer la derrota que dura desde el mes de noviembre y clasificándose una vez más para cuartos por sexta temporada consecutiva.

Tras el 5-1 en Múnich y con la importante ausencia de Mesut Özil (afectado por una gripe) en el centro del campo, el conjunto inglés saltó al terreno de juego en busca de un milagro que se antojaba previamente imposible. La escasa viabilidad de la gesta quitó presión al cuadro ‘gunner’, que se olvidó por momentos de la crisis de resultados que atraviesa y cuestionó al destacado líder de la Bundesliga. Lo hizo además con Alexis Sánchez en el once, una vez acallada las supuestas hostilidades de Wenger con el chileno tras su polémica suplencia en la derrota (3-1) frente al Liverpool.

El conjunto de Carlo Ancelotti, por su parte, no se guardó nada y salió con sus mejores galas al Arsenal Stadium. Así, los primeros compases de juego hicieron presagiar un guión semejante al vivido en tierras germanas tres semanas atrás, con un Bayern dueño y señor del cuero. Sin embargo, sería el equipo de Londres quien comenzó avisando en primera instancia guiado por un superlativo Theo Walcott, el mejor futbolista de la primera mitad, y obcecado en la búsqueda constante de la siempre peligrosa cabeza de Giroud, quien entró en el once tras caerse a última hora Welbeck por lesión.

Precisamente Walcott dio el primer susto del choque a Neuer, obligándole a salir veloz de su área para evitar que el escurridizo internacional inglés se plantase solo ante la meta del alemán. Los mismos protagonistas se citaron poco después, concretamente en el minuto 20, aunque esta vez con resultado favorable al atacante.

Con un disparo seco el ‘gunner’ fusiló sin contemplaciones al portero alemán e inauguró el luminoso para hacer florecer la esperanza en las gradas del feudo londinense. Un entusiasmo que a punto estaría de corresponder con su segundo tanto pasada la media hora de juego, pero que finalmente no pudo concretar ante el estupor visitante.

Pero nada más lejos de la realidad. La cara del partido cambió completamente tras el paso por los vestuarios. Y más concretamente en una acción entre Koscielny y Lewandowski en el minuto 53. El central francés cometió penalti sobre el ariete viendo la correspondiente amonestación. Hasta ahí todo bien.

Sin embargo, para sorpresa de los presentes el colegiado mostraba la tarjeta roja instantes después, al parecer, castigando al zaguero por sus ostensibles protestas. Una decisión que truncó las aspiraciones de remontada del cuadro británico, más aún al comprobar que el delantero polaco no fallaba desde los once metros para poner las tablas en el marcador.

Desde entonces, el dominio fue total y absoluto de los hombres de Carlo Ancelotti. Mermados por la baja de su capitán, los ‘gunners’ se despistaron y redujeron notablemente el ritmo mostrado en el primer periodo. Una mala salida de balón desde atrás de Ospina -que terminó de agravar Alexis Sánchez- fue aprovechada por el más listo de la clase, Arjen Robben, para batir al meta colombiano y echar al traste cualquier sorpresa local.

El Arsenal dice adios

De esta forma, el Arsenal tiró la toalla y dio entrada mediante un triple cambio a sus jugadores de refresco, entre ellos el ‘enfermo’ Özil, sabedor de que ahora todos sus esfuerzos se encomiendan a lograr una buena clasificación en Premier League.

Hizo lo propio Ancelotti, pero en su caso con la intención de dar minutos a sus jugadores menos habituales, lo que significó un mayor hundimiento del ya de por sí deteriorado conjunto inglés. Douglas Costa, en una acción individual que recordó mucho a las del futbolista al que precisamente sustituyó, y el chileno Arturo Vidal, en dos ocasiones, terminaron de cerrar una fiesta goleadora que demostró una vez más el buen estado de forma del Bayern y reiteró su condición de favorito a la máxima competición continental.