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PRIMERA DIVISIÓN / JORNADA 34

El Barcelona se sacude la crisis del Camp Nou, pero deja muchas dudas

Domina de principio a fin al Mallorca, pero se complica el resultado en un error defensivo

El gol de Raíllo y los problemas finales vuelven a poner en evidencia las limitaciones del equipo

El resultado consolida la segunda plaza y resuelve los problemas de gol, pero no despeja las dudas

Piqué volvió a resentirse de sus problemas musculares y sólo aguantó 28 minutos en el campo

Ansu Fati tuvo 15 minutos y dejó atrás tres meses y medio de lesión

El Barça se sacudió su crisis de resultados en el Camp Nou y afianzó la segunda plaza en un encuentro que dominó de principio a fin, pero que se le complicó por un error defensivo cuando más controlado parecía tener el resultado. Marcó Memphis en la primera parte y Busquets hizo el segundo tras el descanso, pero la noche volvió a dejar muchas dudas. La mala noticia para los azulgrana es la recaída de Piqué, para el que puede haberse acabado la temporada. En cambio volvió Ansu Fati tras tres meses y medio de lesión y le da a Xavi una nueva alternativa en ataque.

El objetivo del subcampeonato está mucho más cerca, con dos puntos de ventaja sobre el Sevilla y cinco sobre el Atlético, pero el equipo está muy lejos de alguna de sus versiones más recientes. Hoy ha sido muy superior a un rival que nunca creyó en el partido, ni siquiera cuando se encontró un gol en una jugada aislada, pero ante enemigos más exigentes es necesario algo más. Mucho más.

A los cuatro minutos inició las hostilidades el Barça en un centro lateral de Gavi que cazó en el punto de penalty Aubemayang, que con un movimiento magistral le ganó la espalda a Valjent para disponer del espacio suficiente para anticiparse y cabecear a gol, pero para su desgracia el remate no fue demasiado bien colocado y le dio tiempo a Sergio Rico a reaccionar.

Javier Aguirre, intimidado por el arranque azulgrana, hizo sonar la corneta de la retirada y metió al equipo aún más atrás. Justo el escenario que esperaba encontrarse Xavi, que tiró a los suyos aún más arriba. El partido no tardó en convertirse en un monólogo, aunque en un chispazo quien tuvo la segunda oportunidad de la noche fue el Mallorca, que a los 18 minutos estuvo cerca del gol en un centro raso de Oliván que Fer Niño remató alto en el segundo palo en una posición inmejorable.

El error del delantero cedido por el Villarreal iba a ser crucial en el desarrollo del partido porque significó para el Mallorca entonar el canto del cisne. Poco después marcó Araújo. El VAR confirmó por centímetros el fuera de juego del uruguayo, pero estaba claro que era sólo cuestión de tiempo. A los 25 minutos un pase largo de Alba cogió fuera de sitio a los centrales, especialmente a Russo, que había abandonado su posición para perseguir a Gavi, y de eso se aprovechó Memphis, que remató con comodidad al fondo de la red. Maffeo corrió como un poseso para frenar al holandés, pero ya no llegó a tiempo.

El gol calmó la ansiedad del Barça, que no había podido marcarle ni al Cádiz ni al Rayo. El equipo se aposentó en el campo satisfecho con su ventaja . mientras Piqué le dirigía al banquillo una mirada inequívoca. El central no aguantó más el dolor y abandonó el partido para cederle su puesto en la defensa a Eric García. La noche se amansó porque el trabajo más difícil ya estaba hecho y la diferencia de calidad que se veía entre uno y otro invitaba a pensar que la situación estaba controlada.

Por si acaso a alguien le quedaban dudas el Barça salió de los vestuarios con la mirada del tigre inyectada en sus ojos y sometió al Mallorca a un castigo constante. Primero Gavi y luego Ferran tuvieron el gol muy cerca, pero acabó siendo Busquets el que marcó con un rechace desde fuera del área a los 52 minutos para acabar definitivamente con cualquier duda que pudiera existir sobre el resultado.

El Barça trató de disfrutar de lo que quedaba dándose algunos lujos y devolviendo a la palestra a Ansu Fati, que volvió a sentirse futbolista casi cuatro meses después de haberse lesionado. El internacional español no marcó, pero eso es sólo cuestión de tiempo porque lo lleva en la sangre. Por de pronto ya ha vuelto a oler el césped. Todo parecía estar bajo control, pero a los 78 minutos Salva Sevilla botó una falta y Raíllo, con la rodilla, aprovechó la debilidad de los centrales azulgrana para revolucionar el partido. Ya no pasó nada más, pero el gol dejó muchas dudas en el estadio.