Bale volvió a echarse a Gales a su espalda: se pone Pichichi, pero su golazo no fue suficiente
Gales volvió a ser Bale y diez jugadores más. Ante Inglaterra y en uno de los partidos más importantes de la historia de su país, al atacante del Real Madrid no le tembló el pulso para echarse la ilusión de los más de tres millones de galeses a la espalda y hacerles soñar.
Las esperanzas de sumar en la segunda jornada de la Eurocopa y encarrilar el pase a los cuartos pasaban por las botas de Bale. La estrategia de los hombres de Coleman era clara: cerrarse atrás, defender fuerte todas las jugadas y echar balones largos al madridista para correr al espacio.
La primera ocasión para Gareth llegó en el minuto 10. El galés entró en el área inglesa por el costado izquierdo para chutar buscando la portería de Hart. Sin embargo, su disparo pegó en el pie de un rival y acabo en córner.
A Bale le costaba entrar en juego. Gales no tenía la posesión, tampoco lo quería, y eso hacía que el 11 tuviese poco protagonismo mientras esperaba que algún pelotazo de sus compañeros le diese oportunidades para encarar la meta inglesa.
Otro golazo de falta
Su momento llegó en el minuto 42. Una falta a 35 metros de la frontal tenía su nombre escrito. Gareth no lo dudó. Agarró el balón y en su cabeza sólo estaba la idea de repetir su obra en la primera jornada ante Eslovaquia. Bale le pegó con todo y su disparo acabó en la red. Hart tocó el balón, pero la potencia y el efecto arriba-abajo y dentro-afuera hizo que el meta no pudiese blocar el disparo.
Una vez más Bale ganaba la batalla a un Hart que aún no ha olvidado en el gol en la vuelta de las semifinales de Champions en el Bernabéu. Ese día otro chut del galés dio el pase al Real Madrid a la gran final de Milán que valdría la Undécima.
En la segunda parte, ante el asedio inglés poco pudo hacer Bale, que apenas tocó el balón. Sin embargo, si que se pudo ver al jugador madridista muy enfadado protestando el gol de Vardy que valió el empato. Gareth reclamaba fuera de juego del delantero del Leicester en el momento del remate, aunque lo cierto es que fue su compañero Williams se había vestido de asistente involuntario.
Tuvo el empate en su cabeza
En el minuto 72, Coleman decidió sustituir a su compañero en la punta de ataque Robson-Kanu, para tener más frescura arriba. Con el minuto 93 ya superado e Inglaterra por delante en el marcador Bale tuvo en su cabeza la última oportunidad del partido para empatar. Gareth enganchó un centro desde la izquierda, pero no encontró portería.
Tras el partido, Bale se dirigió hacia el lugar que ocupaban los seguidores galeses para, mientras se tocaba el escudo, dar las gracias por el apoyo. Su rostro serio de camino al vestuario definía su estado de animo. Su golazo no había sido suficiente.