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CHAMPIONS / JORNADA 3

El Atlético naufraga en la guarida de Jutglà

El delantero catalán, que le costó 5 millones al Brujas, destroza a los rojiblancos

El equipo de Simeone se queda al borde de la eliminación en la Champions

Morata falló un mano a mano con 0-0 poco antes del primer gol belga

Griezmann erró un penalty a los 75 minutos que pudo haberle metido en el partido

Marcos Llorente se retiró lesionado con problemas musculares

Así queda la clasificación del grupo del Atlético en Champions tras caer en Brujas

El Atlético navega en las aguas turbulentas de la eliminación europea tras su segunda derrota consecutiva en la Champions. El estadio del Brujas sigue siendo inasequible para los de Simeone, que pagaron con dos goles el peaje de su falta de contundencia defensiva y están obligados a hacer una segunda vuelta de la fase de grupos perfecta si quieren seguir teniendo opciones de clasificación. Morata erró un mano a mano con 0-0 que fue clave en una noche en la que brilló con luz propia el catalán Ferrán Jutglà, que dio el pase del 1-o y logró personalmente el 2-0.

Cinco millones de euros pagó este verano el Brujas por Ferran Jutglà, despreciado por el Barcelona y por el resto de equipos de la Liga española. Un error histórico. Ocho goles y siete asistencias lleva el delantero, convertido ahora en una estrella que ya ha multiplicado su valor. Es el estilete perfecto de una plantilla que exprime al máximo sus virtudes y oculta en el fondo del cajón sus defectos. Tres veces disparó hoy a portería. Marcó dos goles y obligó a Oblak a hacer un paradón para evitar otro tanto. Es el epítome de la eficacia.

Justo lo contrario que el Atlético, autor de casi dos docenas de remates a la meta de Mignolet. Lo intentó todo, penalty errado incluido, pero no le salió nada y su falta de puntería le penaliza dejándole al borde de la eliminación, aunque lo más preocupante es su fragilidad defensiva. Los dos goles del Brujas son producto de su falta de contundencia, y ese es un pecado mortal en la Champions. Se paga con sangre.

El Atlético mostró los colmillos por primera vez a los seis minutos en un contragolpe muy bien llevado por Llorente que culminó con un cambio de juego hacia Carrasco, que tiró la diagonal y soltó un derechazo que Odoi rechazó con el cuerpo a córner cuando ya estaba vencido el portero.

El Brujas no se dejó intimidar y buscó una y otra vez al canadiense Buchanan para que explorara las limitaciones de Reinildo. El mozambiqueño se encontró con un rival que le superaba en velocidad y por ahí llegaron varios centros al punto de penalty que resolvieron bien los centrales.

Morata fue el siguiente en intentarlo en una acción individual en la que la defensa belga fue cerrándole espacios hasta obligarle a disparar casi sin ángulo. Por supuesto fuera. Fue el último zarpazo español antes de que el Brujas ajustara mejor su presión y pudiera en serios problemas a un Atlético que se sacudió el dominio con un derechazo de Griezmann que obligó a intervenir a Mignolet.

Fue la primera parada del suplente de Courtois en la selección, pero ni mucho menos la única. A los 25 minutos Nahuel dibujó un pase maravilloso hacia Morata, que encaró en solitario a Mignolet para acabar estrellando su disparo contra el pie del guardameta cuando el banquillo del Atlético ya había empezado a levantarse para celebrar el gol. Fue la primera gran ocasión de la noche y el Jan Breydel la recibió en silencio. En silencio absoluto. Estaba lejos de imaginar que no tardaría en tener motivos para explotar.

Todo lo que pasó a partir de ahí fueron malas noticias para el Atlético. A los 32 minutos Llorente se dejó caer al suelo quejándose de los isquios y pidiendo el cambio. Correa se incorporó al choque y el Brujas aprovechó el desconcierto para buscar de nuevo Buchanan, que soltó un centro desde la banda que exigió una respuesta contundente de los centrales.

Fue el preludio al apagón colchonero. A los 35 minutos Jutglà penetró en el área sin que nadie pudiera frenarle y su pase al punto de penalty lo empujó con absoluta comodidad el ghanés Sowah. Un gol absolutamente impresentable por la falta de agresividad con la que se afrontó la jugada. Un gol indigno de un equipo que pretenda tener presencia en la Champions.

El final de la primera parte fue la constatación de la absoluta impotencia mostrada por el Atlético en Brujas. Se fue perdiendo al descanso cediendo un solo disparo en su portería y tras haber rematado en seis ocasiones, tres de ellas entre los tres palos. La demostración más empírica de la inutilidad de las estadísticas en un deporte en el que sólo cuenta el acierto.

El paso por vestuario arrojó otro contratiempo. Giménez -como no- volvió a caerse por problemas musculares y Kondogbia entró en el campo retrasando a Witsel al centro de la defensa. Ni dos partidos seguidos ha podido aguantar el uruguayo. El Atlético debe fichar sí o sí un central titular en el mercado de invierno. La situación ya es insostenible.

Desconcertado por el cambio de posiciones, el equipo no salió en la segunda parte lo metido que debería haber estado y estuvo a punto de pagarlo muy caro. A los dos minutos de la reanudación un error de Savic dejó a Jutglà solo en el área. El delantero catalán resolvió muy bien, con un disparo de primera, pero la respuesta de Oblak fue estratosférica evitando el 2-0 con una parada al alcance de muy pocos.

El Atlético agradeció el milagro de su portero forzando dos llegadas peligrosas. Una de Carrasco y otra de Griezmann. Ambas fuera, pero por lo menos sirvieron para cambiar la dinámica del partido y forzar al Brujas a meterse algo más atrás. La tendencia pareció variar, pero fue un espejismo. A los 62 minutos la defensa flotó sobre Sowah, al que se permitió pivotar sobre Jutglà, que esta vez no perdonó. El 2-0. La oscuridad absoluta.

El resultado obligó a Simeone a arriesgar al máximo. Cunha sustituyó a Morata, Correa se puso los galones y el equipo tuvo alguna opción, especialmente en un penalty sobre Cunha que Griezmann estrelló violentamente en el travesaño a los 76 minutos, abortando la última opción de reacción española. A Marcial le pasó exactamente lo mismo en 1978. Como éste, aquel partido acabó 2-0 para el Brujas. Luego en la vuelta el Atlético ganó 3-2 en el Calderón. Si no se repite un resultado similar la próxima semana en el Metropolitano, adiós a la Champions. Tan duro, pero tan realista. Es lo que hay.