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Liga Santander: Valencia - Atlético

El Atlético se inmola en Valencia

Pierde dos puntos claves en el descuento tras llegar 1-3 al minuto 91

Los errores defensivos vuelven a echar por tierra todo lo hecho en ataque

En sus dos visitas a Valencia ha perdido cuatro puntos en la prolongación

Es la segunda vez que el Valencia remonta dos goles en el descuento esta temporada

Simeone: «El equipo perdió dos puntos por culpa del entrenador»

Así queda la clasificación de la Liga Santander tras el empate del Atlético ante el Valencia

El Atlético tiró por tierra de manera vergonzosa un partido que iba ganando 1-3 en el minuto 91 por culpa de sus errores defensivos, una lacra que está condenando al equipo esta temporada. De nada valió la magistral actuación de Griezmann ni el séptimo gol de Suárez. Dos tantos de Hugo Duro, el último en el minuto 96, le arrebataron al vigente campeón dos puntos muy importantes en la lucha por el liderato. Cuatro ha perdido ya en sus dos visitas a Valencia porque el Levante también le empató en el descuento.

La victoria era imprescindible tras el roto de Anfield y para evitar que los fantasmas del pasado reciente se aparecieran durante el largo parón que tiene por delante el equipo. Todo parecía sentenciado, pero el Valencia de Bordalás nunca se da por vencido. Le empató al Athletic en el minuto 95 y ante el Mallorca hizo el más difícil todavía: remontar dos goles a partir del minuto 92. Exactamente el mismo castigo que le ha infligido hoy al Atlético, que tardará mucho en curar de las heridas de esta maldita semana.

Pero para que sucediera todo eso fue necesario esperar mucho tiempo porque de salida esa no era la idea del Valencia. Desde el minuto uno cedió el balón al Atlético y se replegó en torno a Cillessen para explotar un contragolpe que nunca encontró. Guedes fue una isla en un océano de camisetas azules porque por supuesto el equipo de Simeone aceptó el reto y asumió el riesgo al que le obligaban sus galones, aliviado por la presencia atrás de Savic, que la da a la defensa colchonera una sensación de seguridad de la que carece cuando no está el montenegrino, incluso aunque, como ha sucedido hoy, tenga la mala suerte de marcarse gol en su propia portería.

Durante casi toda la primera parte no pasó nada y eso era lo que quería Bordalás, empeñado en amontonar cuanto más jugadores por detrás del balón pudiera. Sin embargo ni siquiera el más enconado sistema defensivo es capaz de enjaular el talento individual o el apetito de un goleador insaciable. Y esos son precisamente los atributos que adornan a Luis Suárez.

El gol del pistolero fue una verdadera maravilla. A los 36 minutos, en plena sequía de oportunidades, Griezmann tocó para Correa, éste prolongó hacia Suárez y el control del uruguayo ya fue suficiente para ganarle a Diakhaby el espacio necesario para hacer valer luego el cuerpo y tomar la ventaja justa para disparar suave hacia un costado. El balón impactó en el poste, recorrió la línea de meta y acabó besando la red tras golpear en la madera del otro costado. Es el 14º gol de Suárez al Valencia, su séptimo tanto esta temporada con el Atlético de Madrid.

El 0-1 fue el resumen de una primera parte apática que había comenzado con una mala noticia para el Atlético, la lesión de Trippier a los cuatro minutos, y que más allá del gol de Suárez dejó para la reflexión el papel hegemónico que en menos de media temporada ha adquirido Rodrigo de Paul. El argentino sólo ha necesitado tres meses para convertirse en indiscutible en un medio campo que ya no se entiende sin él. Ordena, controla, manda y ejecuta y todo lo hace bien. Sólo le falta aparecer más por el área adversaria, pero seguro que eso llega más pronto que tarde. Su fichaje ha sido un golazo por toda la escuadra.

El Atlético apareció tras el descanso dispuesto a solucionar el partido cuanto antes y nada más empezar Griezmann desperdició una buena ocasión. Un prolegómeno prometedor que se deshizo en pedazos poco más tarde en una acción que arrancó de una falta sobre Suárez que no pitó Soto Grado, que en cambió no vaciló en señalar golpe franco contra los rojiblancos en la jugada siguiente. Carlos Soler botó el castigo, el despeje volvió a caer del lado del Valencia y el balón llegó en el área a Guedes, que en vez de disparar amagó para soltar finalmente un centro raso que tras tocar Oblak empujó a su propia portería Savic.

De repente el partido cambió de rumbo de la forma más inesperada posible y el Atlético, que apenas había tenido problemas ante su enemigo, empezó a sufrir. Mestalla creyó por primera vez en la posibilidad de la remontada, pero Griezmann se encargó de devolver las cosas a su sitio. A los 57 minutos el francés le robó un balón a Guillamón en campo rojiblanco, llegó conduciendo hasta el borde del área y desde ahí soltó un zapatazo extraordinario a la escuadra. Un gol fantástico con el que no se dio por satisfecho el francés, que cuatro minutos más tarde le regaló a Suárez un pase fantástico que el uruguayo transformó en otra prolongación que Vrsaljko, en posición de ventaja, sólo tuvo que rozar para mandarlo a la red. Soto Grado lo anuló, pero le corrigieron en la Sala VOR. El 1-3.

No se rindió el Valencia, que poco después estrelló un balón en el travesaño y que no perdió nunca la fe, recordando su reciente remontada ante el Mallorca. En el minuto 91 Kondogbia se fue a vivir una aventura lejos de su zona de confort y lo único que consiguió fue perder un balón que acabó en un contragolpe dirigido por Gayà y culminado por Hugo Duro en el 2-3, y en el 96 el propio jugador getafense cabeceó en el área pequeña un saque de falta para volver loco al estadio y empatar a tres el partido. Simeone golpeó el banquillo con la rabia de quien ve esfumarse una victoria que parecía segura, pero ya era demasiado tarde. Dos puntos tirados a la basura. Van cuatro ya en Valencia.