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Fórmula 1

Así funciona el Halo, el sistema que salvó la vida a Zhou

El grave accidente de Guanyu Zhou en el Gran Premio de Gran Bretaña ha vuelto a poner de actualidad el Halo, el sistema de seguridad que la Fórmula 1 implementó e hizo obligatorio en 2018 a pesar de las múltiples críticas que tuvo de parte de los pilotos. Como ya ocurriera con el accidente de Charles Leclerc con Fernando Alonso en 2018 o el de Romain Grosjean en 2020, el Halo ha demostrado su eficacia para salvar la vida de los pilotos en caso de accidente grave.

La FIA decidió que la Fórmula 1 necesitaba un nuevo ángel de la guarda, un sistema de seguridad que salvara vidas tras la muerte de Jules Bianchi en 2015 a raíz de su accidente en Suzuka en un choque frontal. Empezó a idearse entonces el Halo, un sistema que protegiese la parte más vulnerable de un piloto en caso de accidente: la cabeza.

Los pilotos, eso sí, se quejaron que el Halo suponía una mínima pérdida de visión por la barra central de la estructura. Los otros dos sistemas que se probaron en su día, el Aeroscreen y el Shield –dos parabrisas situados justo delante del cockpit-, fueron descartados al no asegurar una correcta visión a los pilotos dentro del monoplaza de Fórmula 1.

El Halo, que puede comprarse desde 2010 a tres proveedores ubicados en el Reino Unido, Alemania e Italia, les cuesta a las escuderías en torno a 15.000 euros cada uno. La fabricación de esta pieza está fabricada en titanio y se puede envolver con una carrocería diseñada por el equipo. Desde este domingo, ya es la pieza favorita del coche para Zhou.