Europa League: Arsenal - Atlético

Gol de oro

Atlético
Griezmann celebra su gol durante el Arsenal - Atlético.

El Atlético de Madrid empató a uno frente al Arsenal en la ida de las semifinales de la Europa League en un sufrido partido en el que los rojiblancos se quedaron con uno menos en el minuto 10. Lacazette abrió la lata y, a pesar de la tromba de ocasiones londinenses, Griezmann hizo un gol de oro en el 77′ que permite seguir soñando con Lyon. 

El Cholo Simeone salía con lo esperado. Diego Costa recibía el alta médica una hora antes del inicio, pero no se quería repetir lo de Lisboa con el de Lagarto. Así, el once quedaba con Oblak en la portería, Vrsaljko, Giménez, Godín y Lucas en defensa, la medular era para Thomas, Saúl, Koke y Correa, mientras que la pareja atacante era la sociedad del gallo: Griezmann y Gameiro.

No comenzaba bien la noche para el Atlético de Madrid. Nada bien. Peor que una reunión de cuñados en Nochebuena. Lacazette dio dos avisos: uno se estrelló en el palo y el otro obligó a Oblak a meter una mano providencial. Peor eso no era lo peor. A los diez minutos, Vrsaljko era expulsado por doble amarilla. La primera, totalmente ahorrable por parte del colegiado -error más grande que el Big Ben-. La segunda, clara al pisar al delantero francés de los gunners.

Ochenta minutos por delante con uno menos. Pero aún había más. El árbitro no se sentía lo suficientemente protagonista. A los trece minutos, el que sería expulsado era el Cholo Simeone por reclamar una amarilla para un futbolista del Arsenal. Surrealista. De película de George Lucas. El Atleti perdía un hombre en el campo y el mayor apoyo moral y psicológico en la banda.

Coraje y corazón

Mientras Clément Turpin, colegiado del choque, continuaba con su doble vara de medir, ambos equipos intentaban hacer gol. Bueno, más bien lo hacía el Arsenal, que tenía un hombre más sobre el verde. Los gunners tenían la posesión del balón. Con Özil mimando de forma zalamera el cuero, generaban sus mejores ocasiones cuando el alemán entraba en contacto con el balón.

El Atlético se colgaba del larguero a la hora de defender, pero no se olvidaba de atacar. A esto de bemoles muy pocos han ganado a los colchoneros. Ospina tuvo que estirarse para detener un disparo desde la frontal de Griezmann. El Principito volvería a poner a prueba al ex cuñado de James Rodríguez, previo jugadón de Thomas. De esta batalla volvió a salir ganador el colombiano.

El Atlético nunca había sido tan equipo como en el Emirates. Todos defendían. Todos se dejaban el alma por el escudo, por el viejo y por el nuevo. Solidaridad y compromiso. Mención especial a un Thomas inconmesurable. El ghanés corrió como un caballo lo haría en el Hipódromo de la Zarzuela. En defensa actuaba de lateral, en ataque se desplazaba al mediocentro, al extremo o de lo que necesitara el equipo.

El Atlético no dejaba de creer. La segunda mitad seguía el mismo guión. Balón para el Arsenal y los rojiblancos pelotazo arriba en busca de pescar alguna, que una pescaron, pero esto es hacer spoiler. Cada segundo parecía una hora y cada minuto un día. Los de Simeone resistían como podían, hasta que no se pudo más. Griezmann intentó salir del área tirando un caño a Monreal, mala idea del francés y pésimo desenlace. El que pudo ser pero no fue, Lacazette, cabeceó el centro al fondo de la red y desató la locura en el Emirates.

Big Griezmann

El tanto londinense fue un golpe de moral. El Arsenal se vino arriba mientras que al Atlético comenzaron a pesarle más las piernas. Fruto de esto, el Mono Burgos quitó a Gameiro y entró Gabi. También se vistió de corto Stefan Savic, que sustituyó a Correa. El objetivo pasaba a ser irse del Emirates con vida.

El partido sólo se jugaba en el área del Atlético. Pobres aficionados que compraron las entradas en el fondo opuesto. Las llegadas se sucedían una tras otras. El Arsenal se permitía tener a sus centrales casi en el borde del área rojiblanco. Pero aquí hay que destacar el trabajo defensivo de los colchoneros. Cada arremetida gunner se estrellaba contra la muralla amarilla.

De un pelotazo arriba de Giménez llegó el éxtasis colchonero. Ningún hincha del Atleti tendrá mañana voz de cantar el gol de Griezmann. El francés  la peleó, forzó el error de Koscielny, tiró, Ospina la paró y el rebote lo empujó al fondo de la red. Mayor suspense, imposible. Gol fuera con sabor a victoria. Pero aún quedaban unos 10 minutos por delante.

El gol fue un chupinazo de energía para el Atlético, que volvió a defender como si fuera el minuto uno. Torres entraba por el héroe francés, dejando su capa Jan Oblak. El esloveno voló de palo a palo para meter una mano salvadora ante un remate de Xhaka que se iba para dentro. Se añadieron 3 minutos y el marcador no se movería. 95 minutos de partido en las que sólo hubo dos amarillas: las de Vrsaljko.

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