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Cinco jugadores no pueden jugar al negarse a recibir el pinchazo

Los antivacunas del Bayern amenazan con dinamitar al equipo

El Bayern de Múnich tiene un serio problema con el movimiento antivacunas, que ha penetrado en la plantilla de su primer equipo: un total de cinco jugadores se niegan a recibir el pinchazo. Se trata de Joshua Kimmich, Serge Gnabry, Jamal Musiala, Eric Maxim Choupo-Moting y Michael Cuisance, todos ellos en cuarentena por contacto estrecho con casos positivos. Este martes serán baja en el próximo partido de Champions ante el Dinamo de Kiev, donde al Bayern le basta con un punto para asegurar el primer puesto en el grupo que comparte con el Barcelona.

«No debemos cometer el error de hablar demasiado sobre este tema. Me sorprende que seamos el único club donde ocurra. El ruido de fondo es parte del Bayern y la pregunta es si debemos tolerarlo. Por supuesto, no me hace feliz que cierta información interna ser revelada al exterior, pero estas cosas no ponen en peligro el éxito deportivo», ha señalado Julian Nagelsmann.

La reacción del técnico se produce después de que el diario Bild haya informado de que el Bayern recortará el sueldo a los futbolistas que no puedan jugar por su negativa a recibir la vacuna, una posibilidad que amparan las leyes alemanas. Como respuesta, los jugadores afectados podrían estar estudiando emprender acciones legales contra el club. Mientras la temperatura interna del Bayern se sigue elevando, tampoco llegan buenas noticias desde el césped y el equipo bávaro cayó ante el Augsburgo (2-1) en su último partido de Bundesliga.

La postura de los antivacunas amenaza con desgarrar la unidad del vestuario y el vacunado Leroy Sané ha sido el primero en pedir públicamente a sus compañeros que enseñen el brazo al profesional sanitario de turno. “Soy alguien que defiende la vacunación. Quiero que estén en la plantilla y puedan ayudarnos. Queremos que estén con nosotros, pero también entiendo su opinión», ha dicho con tono salomónico, añadiendo que este problema no les «afecta» de momento. «Si falta gente podemos apañarnos, pero ya veremos cuando lleguen los grandes partidos», ha avisado.

Las palabras del extremo internacional sirven de advertencia para un equipo que sigue rindiendo a la velocidad de crucero habitual, al mando tanto en la Bundesliga como en su grupo de Champions, pero que podría acusar este problema en fases más avanzadas de la temporada. La situación en la plantilla del Bayern es el reflejo de Alemania, un país donde apenas se ha vacunado con el 68% de la población, una de las tasas más bajas de Europa, y que sigue con una elevada tasa de contagios cercana ya a los 400 casos por cada 100.000 habitantes en siete días.