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Fin a 25 años de ‘Victorianato’

Hay una nueva era en el fútbol español. La victoria de Rubiales en las elecciones de la RFEF abre el panorama nacional en todos los sectores después de una dictadura de su antecesor Ángel María Villar que ha durado casi 30 años.

25 de ellos Victoriano Sánchez Arminio ha sido el presidente del Comité Técnico de Árbitros -por 1993 Comité Nacional de Árbitros. Pues bien, el ahora mandatario de la Federación espera tener sobre la mesa en los próximos días la dimisión de éste como una de las bases de la revolución que pretende instaurar.

El Real Madrid celebra esta «nueva etapa» porque pone fin a un cuarto de siglo de Victorianato. Rubiales quiere mostrar la transparencia que le faltó a Villar empezando la reforma por uno de los estamentos más corruptos que existen en el nuestro fútbol.

El Victorianato era una realidad. Tal y como reveló hace unos meses uno de de sus ex pupilos como era Paradas Romero se trataba de una «organización» como la misma mafia: «Existe mucho oscurantismo, los informes arbitrales no valen de nada, es su dedo». «No quería árbitros pequeños y no se habla con los medios», fueron alguna de las perlitas que destaparon el día a día de sus capos.

Los números, como el algodón, no engañan. A finales de noviembre, el Barça llevaba 19 penaltis y 12 rojas más a favor que el Real Madrid en los que eran los últimos 100 partidos de Liga entonces. La temporada está cerca del fin -apenas resta una jornada- y ese dopaje arbitral se ha mantenido, y es una de las cosas con las que quiere acabar Rubiales.

Florentino Pérez era su principal enemigo

Victoriano Sánchez Arminio tenía un mandamiento: perjudicar al Real Madrid sobre todas las cosas. En enero ya, los siete árbitros repetidores -hasta diez no les habían pitado todavía- demostraban que esta práctica no tenía límites.

Además el presidente de este Comité demostró su antimadridismo con unas declaraciones intencionadas a su homólogo en el club blanco, Florentino Pérez: «¿Voy a buscar árbitros a otra galaxia?». Pues bien, ahora Rubiales no va mandarle tan lejos, pero sí fuera de este manchado estamento.