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El verdadero uso del agujero de la tapadera de las ollas: no es para insertar un termómetro

El agujero de la tapadera de las ollas ha sido durante años un elemento sobre el que existen diversas suposiciones. A simple vista, parece un detalle menor del diseño, pero en realidad está relacionado con la física del vapor y la seguridad en la cocina. Aunque se trata de una pieza diminuta, su función puede marcar la diferencia en la cocción de los alimentos.

Muchos utensilios de cocina están diseñados con una precisión que pasa desapercibida. Entre ellos, las tapas de las ollas destacan por incluir este pequeño orificio cuya utilidad no siempre se comprende.

¿Cuál es la verdadera función del agujero de la tapadera de las ollas?

El agujero de la tapadera de las ollas tiene una finalidad concreta: permitir la salida controlada del vapor generado durante la cocción. Cuando los alimentos se calientan, el agua se transforma en vapor y aumenta la presión en el interior del recipiente. Si la tapa estuviera completamente sellada, la presión podría levantarla o provocar que el líquido se derrame.

Este orificio actúa como una válvula de escape que regula la presión, permitiendo que el vapor se libere de manera continua y segura. De este modo, se evita que la tapa «salte» o que el contenido se esparza fuera de la olla.

Además, al permitir que el exceso de vapor escape, el agujero mantiene una temperatura más estable dentro del recipiente, lo que facilita una cocción uniforme.

Otra función importante del orificio es reducir la condensación en la parte interna de la tapa. Sin él, las gotas de agua formadas por el vapor caerían de nuevo sobre los alimentos, afectando su textura, especialmente en platos que requieren una cocción más seca o crujiente.

Una tapadera aliada para cocinar sin sobresaltos: también evita accidentes

La presencia del agujero de la tapadera de las ollas también contribuye a evitar accidentes en la cocina. Si el vapor no encuentra una vía de salida, la presión puede acumularse hasta niveles peligrosos.

Por eso, los fabricantes incorporan este pequeño detalle en las tapas convencionales, mientras que las ollas a presión utilizan válvulas más complejas para cumplir la misma función.

El orificio permite, además, que el cocinero tenga un control más preciso sobre la cocción. Al liberar el vapor gradualmente, el contenido no hierve con tanta violencia y los líquidos permanecen dentro del recipiente. Este equilibrio resulta especialmente útil en la preparación de guisos, legumbres o sopas, donde un exceso de presión podría alterar la consistencia final.

Otros usos prácticos del agujero de la tapadera de las ollas

Aunque su propósito principal es la liberación del vapor, el agujero de la tapadera de las ollas puede aprovecharse de otras maneras. Una de las más comunes es utilizarlo para escurrir el agua de cocción. Si la tapa cuenta con un diseño que incluye varios orificios o una abertura de mayor tamaño, puede funcionar como colador improvisado para pastas, verduras o legumbres.

En algunos modelos, el agujero permite también la inserción de un termómetro de cocina, aunque esta no sea su función original. Esta práctica resulta útil para controlar la temperatura interna de preparaciones que requieren precisión térmica, como caldos o confitados.

Sin embargo, conviene recordar que el agujero no fue diseñado con ese fin y que introducir utensilios puede alterar su capacidad de liberar vapor correctamente.

¿Qué ocurre si el agujero está obstruido o la tapa no lo tiene?

Las tapaderas sin agujero tienden a retener más presión y, en consecuencia, pueden generar movimientos bruscos cuando el vapor busca salida. Es habitual que la tapa «baile» sobre la olla o que el contenido burbujee con fuerza, lo que aumenta el riesgo de salpicaduras.

Si el orificio se encuentra obstruido, la presión también puede acumularse de forma excesiva. Por esta razón, conviene revisar que el agujero esté siempre libre de residuos o grasa. Mantenerlo limpio garantiza que cumpla su función de manera eficiente.

En caso de que el agujero se haya dañado o desprendido, perderá parte de su funcionalidad. Algunos optan por repararlo utilizando una pequeña arandela o un tornillo con mango de madera, asegurando así que la tapa vuelva a cerrar correctamente y que el vapor tenga una salida controlada.