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El truco que usaba tu abuela para secar la ropa rápido en invierno y que habíamos olvidado

Un truco muy eficaz gracias a la capacidad de absorción de las toallas

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Con la llegada del invierno, secar la ropa se convierta en una de las tareas más complicadas dentro del hogar. Mientras en los meses cálidos las prendas se secan al aire libre en un abrir y cerrar de ojos, durante los fríos días de invierno, la humedad puede hacer que las prendas tarden un día entero en secarse, incluso cuando las colgamos dentro de casa. Recurrir a la secadora parece ser una solución fácil, pero no siempre es la opción más económica ni la más sostenible, así que es de especial interés conocer el truco que utilizaban las abuelas para secar la ropa rápidamente.

Un método tradicional que, a pesar de haber sido olvidado por las nuevas generaciones, merece la pena saber cómo funciona porque resulta muy útil en ésta época del año. Se trata del truco de la toalla para secar la ropa, una solución sencilla y eficaz. La toalla al ser un material absorbente, recoge la humedad de las prendas mojadas, acelerando el proceso de secado. A continuación te explicamos paso a paso cómo ponerlo en práctica.

El truco definitivo para secar la ropa

Este método funciona gracias a la capacidad de absorción de las toallas y a la acción del calor. Por lo general, las toallas son de algodón, un material natural muy absorbente. Al aplicar calor, la humedad en la ropa se vaporiza y es absorbida por la toalla, lo que acelera el proceso de secado. El truco se basa en el principio físico de la transferencia de calor. El calor aplicado por la plancha no sólo ayuda a evaporar la humedad de la ropa, sino que, al estar en contacto con la toalla, permite que ésta actúe como un «intercambiador de calor». De esta manera, la toalla, al calentarla, extrae la humedad y la ropa se seca más rápido.

  1. El primer paso consiste en elegir una toalla que esté completamente seca. Las toallas grandes tienen una mayor capacidad de absorción, lo que hace que puedan extraer más agua de las prendas.
  2. Una vez sacamos la ropa de la lavadora tras el centrifugado, ponemos la prenda que queremos secar rápidamente sobre una superficie plana, como una mesa.
  3. Luego colocamos la toalla sobre ella.  de la ropa. Es importante que la prenda esté extendida de manera que la toalla pueda abarcar toda la superficie.
  4. Después de colocar la toalla sobre la prenda, calentamos la plancha a temperatura media-alta (sin vapor) y la pasamos por encima de la toalla. Al hacerlo, el calor de la plancha se transferirá a la toalla, haciendo que ésta absorba el exceso de humedad de la ropa. La toalla, al estar en contacto con la prenda mojada, extrae la humedad y se humedece con ella.
  5. Si la toalla se empapa, podemos cambiarla por otra limpia y seca y repetir el proceso. Podemos repetir este truco tantas veces como sea necesario hasta que la ropa esté lo suficientemente seca.

Es importante no aplicar calor en exceso, ya que una temperatura demasiado alta puede dañar las fibras de la prenda. Asimismo, es recomendable no dejar la plancha en un solo lugar durante mucho tiempo para evitar quemaduras o marcas en la ropa.

Aunque el truco de la toalla acelera el proceso de secar la ropa, es importante que las prendas se sequen de forma natural una vez eliminada la mayor parte de la humedad. Debemos colocar las prendas en una zona bien ventilada.

En comparación con otros métodos de secado, este truco de la toalla es uno de los más rápidos. Aunque no elimina toda la humedad, reduce significativamente el tiempo de secado de las prendas.

Consejos adicionales

Para que la ropa se seque lo más rápido posible, es esencial colocar las prendas de manera adecuada en el tendedero, de forma que el aire circule libremente entre ellas. Utilizar perchas para camisas y vestidos también ayuda a que las prendas se sequen mejor.

Otro consejo es aprovechar la calefacción, colocando las prendas cerca de un radiador, pero sin ponerlas encima de él, para permitir que el aire fluya. Mantener la humedad bajo control es esencial, y el uso de un deshumidificador o recipientes con sal o bicarbonato puede ayudar a acelerar el proceso.

Es recomendable priorizar las prendas más finas, como camisetas o camisas ligeras, ya que éstas se secan más rápido. Además, si el espacio o el tiempo son limitados, un tendedero eléctrico puede ser una excelente opción. Por supuesto, debemos tener en cuenta también el tipo de prenda que estás secando; las prendas más gruesas tardan más en secarse y deben colocarse en un lugar cálido.

Por último, aunque el sol no sea tan fuerte en invierno, aprovechar las horas de luz solar también puede ayudar a que la ropa se seque más rápido. Con estos métodos, es posible reducir el tiempo de secado y ahorrar energía.