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Por qué los huracanes tienen nombres de persona y quién se los pone

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Sandy, Katrina, Wilma… Todos conocemos los nombres de huracanes que en los últimos daños han causado daños materiales y personales muy graves en América. El huracán Katrina fue uno de los más mortíferos y destructivos de la historia. Golpeó las costas del Atlántico en Estados Unidos, Bahamas y Cuba causando casi 2.000 víctimas mortales. Algo que llama mucho la atención es el hecho de que los huracanes tengan nombre de persona.

El principal objetivo de bautizar a los huracanes con nombres de persona no es otro que mejorar la comunicación entre los expertos, y también para lanzar mensajes de alerta a la población. En el mundo existen un total de 11 centros de alerta y entidades meteorológicas para los tifones, ciclones y huracanes en países como Japón, Estados Unidos, Australia o Madagascar, entre otros.

Historia

Antiguamente, en Estados Unidos a los huracanes se les llamaba por las coordenadas geográficas (latitud y longitud) en que se originaban. El resultado era un nombre que muchas veces generaba una gran confusión, sobre todo si coincidían varios huracanes al mismo tiempo. A la población le resultaba difícil memorizar el nombre.

Fue durante la II Guerra Mundial cuando los soldados estadounidenses empezaron a darles nombres de mujer a los huracanes, del mismo modo que hacían los marinos del Caribe con sus barcos. En 1953, el Servicio Nacional de Meteorología adoptó la práctica de bautizar los huracanes con nombres de mujer, y a partir de 1979 también se empezaron a utilizar nombres de hombre.

En la actualidad, los organismos que se encargan de registrar los nombres de los huracanes son la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC), que depende de la National Oceanic and Atmospheric Administration.

Todos los huracanes se bautizan de antemano. Existe una lista prevista de nombres para los huracanes que ocurren cada año, que se van utilizando de la letra A a la W. Quedan excluidas las letras U, Q, X, Y, Z porque no se utilizan en todos los países. Por lo tanto, la lista está formada por 21 letras de la A a la W.

Un sistema que es válido porque normalmente no suele haber más de 20 huracanes al año y, como hay 21 letras, no se agotan. En 2020 hubo más tormentas de lo habitual, así que tras el huracán Wilfred hubo que bautizar a las siguientes con los nombres Alpha y Beta, dos letras del alfabeto griego.