Piden la retirada urgente de esta marca de macarrones del supermercado: alerta confirmada
La alerta se debe a un error en el etiquetado de un producto
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La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha emitido una alerta dirigida a las personas alérgicas a la mostaza debido a un error en el etiquetado de un producto. Se trata de los macarrones integrales ecológicos de la marca Consum Eco, que contienen mostaza sin que ésta aparezca en la etiqueta. La alerta se emitió el 21 de noviembre de 2024 a través del Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI), tras su detección por parte de las autoridades sanitarias en la Comunidad Valenciana. El producto afectado viene en paquetes de 500 gramos, pertenece al lote 91792 y se almacena a temperatura ambiente.
Estos macarrones se distribuyeron en comunidades autónomas como Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana y la Región de Murcia, aunque no se descarta que puedan haber llegado a otras zonas del país. Desde la AESAN se aconseja a las personas con alergia a la mostaza que revisen sus despensas y eviten consumir este producto para prevenir posibles reacciones alérgicas. Para el resto de los consumidores, el producto no representa ningún riesgo para la salud. La AESAN recuerda la importancia de prestar atención al etiquetado de los alimentos y seguir las indicaciones de las autoridades sanitarias para evitar riesgos innecesarios y proteger la salud de los consumidores.
La AESAN alerta sobre esta marca de macarrones
La AESAN ha emitido una alerta relacionada con los macarrones integrales ecológicos de la marca Consum Eco debido a la presencia de mostaza que no está indicada en su etiquetado. Este ingrediente puede ser peligroso para las personas alérgicas, aunque no supone un riesgo para quienes no presentan esta alergia.
El producto afectado corresponde al lote 91792, presentado en envases de 500 gramos y almacenado a temperatura ambiente. La distribución inicial tuvo lugar en comunidades autónomas como Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana y Murcia. Sin embargo, no se descarta que haya llegado a otras regiones del país. La alerta fue difundida a través del Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI), permitiendo la identificación y retirada del producto en los puntos de venta.
La AESAN ha recomendado a quienes padecen alergia a la mostaza que eviten consumir estos macarrones, mientras que ha confirmado que el producto no representa peligro alguno para el resto de la población. Este tipo de alergia puede provocar síntomas que van desde molestias leves, como urticaria o irritación, hasta reacciones graves, como dificultad respiratoria o anafilaxia, que puede ser mortal si no se trata a tiempo.
Información sobre alérgenos
Una alergia alimentaria ocurre cuando el sistema inmunológico de una persona reacciona de manera adversa a un alimento específico. Este tipo de reacción puede producirse al ingerir, tocar o incluso inhalar partículas del alimento en cuestión, especialmente en los casos más graves.
Las alergias alimentarias no sólo afectan la calidad de vida de quienes las padecen, sino que también pueden tener consecuencias graves, incluyendo el riesgo de un shock anafiláctico, una reacción potencialmente mortal que puede desencadenarse con la mínima exposición al alérgeno.
Existen dos categorías principales de alergias alimentarias:
- Alergias mediadas por anticuerpos IgE: estas reacciones se suelen presentar en menos de dos horas tras la exposición al alérgeno. Los síntomas varían desde manifestaciones leves, como urticaria o molestias digestivas, hasta complicaciones graves que comprometen la vida del paciente.
- Alergias no mediadas por anticuerpos IgE: Estas son menos inmediatas, y los síntomas, principalmente digestivos, pueden aparecer entre dos y 48 horas después de consumir el alimento.
El Reglamento Europeo Nº 1169/2011 identifica 14 grupos de sustancias como las principales responsables de alergias alimentarias en la población europea. Estos incluyen cereales con gluten, crustáceos, huevos, pescado, cacahuetes, soja, leche (incluida la lactosa), frutos secos, apio, mostaza, granos de sésamo, dióxido de azufre y sulfitos, altramuces y moluscos. Aunque estas son las más comunes, también hay personas alérgicas a otros alimentos, como ciertas frutas o legumbres.
Para proteger a las personas alérgicas, la legislación establece que los alérgenos deben aparecer en la lista de ingredientes de los alimentos envasados mediante un formato tipográfico que los diferencie del resto. Si no existe una lista de ingredientes, la etiqueta debe incluir una advertencia específica utilizando términos como «contiene». Además, las menciones como «puede contener» alertan sobre posibles contaminaciones cruzadas no intencionadas.
La mejor herramienta para prevenir reacciones alérgicas graves es la información alimentaria clara y accesible.
Diferencias entre alergia e intolerancia alimentaria
Es importante distinguir entre una alergia y una intolerancia alimentaria. Por ejemplo, la alergia a la leche, que implica una reacción a las proteínas de la leche, puede causar un shock anafiláctico. Por otro lado, la intolerancia a la lactosa, causada por la incapacidad de digerir el azúcar de la leche debido a un déficit de lactasa, solo produce molestias digestivas leves como gases o dolor abdominal.
Mediante el cumplimiento de las normativas y una comunicación efectiva entre consumidores y operadores alimentarios, se pueden prevenir riesgos para la salud.