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Trucos de cocina

Ni aceite ni sal: el sencillo truco de Martín Berasategui para que el huevo frito salga con la forma perfecta

  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

A la hora de la cena, no hay nada más sencillo y reconfortante que unos buenos huevos fritos con pan. No obstante, la diferencia entre un plato de huevos bien hechos y uno donde los huevos parecen más una tortilla rota es enorme. Cuando los haces para ti no pasa nada. Pero si los cocinas para alguien más, puede caer el típico «no sabe ni freír un huevo». Porque sí, freír un huevo no es tan simple como parece.

La verdad es que conseguir un huevo frito perfecto tiene más ciencia de la que muchos creen. No se trata sólo de romperlo sobre la sartén y cruzar los dedos. Controlar la clara, conseguir esa puntilla crujiente y que la yema quede en su punto es todo un arte. Por suerte, Martín Berasategui tiene un truco que puede cambiarte la vida en la cocina.

Este es el truco de Martín Berasategui para lograr el huevo frito perfecto

Martín Berasategui sabe de lo que habla., pues sus once estrellas Michelin no se consiguen improvisando. Según cuenta, el truco que usa para que sus huevos fritos siempre salgan de revista se lo enseñaron su madre y su tía. Y no tiene que ver ni con echar sal, ni con buscar el aceite más caro del mercado, sino que es algo mucho más sencillo.

Lo primero: nada de cascar el huevo directamente en la sartén. Berasategui lo rompe en una taza. Así consigue que el huevo resbale suavemente al aceite caliente, sin desparramarse ni romperse la yema. Este pequeño gesto marca una gran diferencia.

Lo segundo: controlar la temperatura del aceite. Aquí es donde aparece la magia. En lugar de adivinar si el aceite está lo suficientemente caliente, el chef tira una miga de pan en la sartén. Si chisporrotea rápido, el aceite está listo. Si no, mejor esperar. Según Berasategui, la miga de pan es el mejor «chivato» que existe.

¿Cómo se consigue la puntilla dorada y crujiente en el huevo?

Lograr esa puntilla dorada que cruje al morder depende de la temperatura y del momento exacto en que deslizas el huevo en la sartén.

Por otro lado, Berasategui recomienda utilizar una espumadera para sacar el huevo. Pero claro, no hay que levantarlo de golpe. Primero se deja que el huevo repose unos segundos sobre el aceite caliente, apoyado en la espumadera. De esta forma no se pega y se desliza fácil y limpio al plato.

Con un par de gestos simples, el huevo frito pasa de ser un plato del montón a un pequeño lujo casero. Clara crujiente, yema líquida, pan para mojar y esa satisfacción enorme de saber que, esta vez, el «no sabe ni freír un huevo» no va a ir dirigido a ti.

Finalmente, para acompañar el huevo, puedes añadir unas tiras de jamón, unas patatas fritas caseras o incluso unas verduras salteadas al dente. Lo importante es que el acompañamiento no le robe protagonismo al huevo.